91 032 67 27 / 806 408 599 / 666 979 967 / (55) 4746 0411 / 1 407 476 9588

Método para sueños lúcidos, cuarta semana.

Sueños lúcidos: Cuarta semana.

sueños

SEMANA CUARTA
CONCIENCIA CREATIVA
DÍA 22.          TERAPEUTA DEL SUEÑO
DÍA 23.          EL CURANDERO INTERIOR
DÍA 24.          VISION DOBLE
DÍA 25.          AMANTES DEL SUEÑO
DÍA 26.          FANTASÍAS PROHIBIDAS
DÍA 27.          EXTENSIÓN DE LA CONCIENCIA
DÍA 28.          SÁBADO POR LA NOCHE: NO TENGO CUERPO
DÍAS 29 Y 30.   HACIA UNA CONCIENCIA SUPERIOR

Durante las tres primeras semanas del Programa de Sueño Creativo, ha aprendido a inducir y mantener sueños lúcidos, a cambiar el clima y el lugar del sueño, a conversar con las entida­des de los sueños y a viajar por su territorio. Ha aprendido tam­bién a incubar soluciones del sueño a los problemas de la vida real.
En la última semana del Programa de Sueño Creativo apren­derá a llevar estas técnicas a nuevas alturas aplicando a los sue­ños los métodos de la conciencia creativa. Explorando y desarro­llando creativamente su potencial de sueño lúcido más profundo, obtendrá una conciencia cada vez más poderosa de su ser inte­rior. En el proceso, mejorará también su capacidad creativa, se­xual y profesional en el mundo de vigilia.
Con este fin, empezará la Semana Cuarta aprendiendo a in­vocar a un terapeuta del sueño, la encarnación imaginaria de todos los recuerdos y experiencias que ha tenido desde que nació. Al ayudarle a manejar el manantial de su vida interior, el terapeuta del sueño podrá ofrecerle unas entradas sorprendente­mente sinceras y directas sobre la forma en que está manejando sus relaciones con el mundo cotidiano. Después del ejercicio del terapeuta del sueño vendrá otro para invocar a un curandero, que le ayudará a mejorar su sistema inmunológico y controlar su salud.
Los ejercicios de la Semana Cuarta le llevarán también más allá de sí mismo. Aprenderá a compartir sueños lúcidos con amigos y amantes, y a desarrollar sus habilidades, a experimentar sueños sexuales increíbles. Ciertamente, utilizando los ejercicios del sueño creativo aprenderá a realizar en sus sueños muchas fantasías prohibidas.
Finalmente, en la culminación del Programa de Sueño Crea­tivo aprenderá a buscar en sus sueños experiencias interiores su­periores y más profundas. ¿Pueden los soñadores lúcidos intuir informaciones de las que no pueden disponer mediante medios ordinarios o explicables? ¿Pueden aprender a explorar experien­cias fuera del cuerpo, en las que su ser físico y mental parece exis­tir en dos planos distintos? Desde una sensación de intemporali-dad a otra de conexión con una realidad mayor, los que despiertan en sus sueños verán la revelación del potencial de trascendencia.

DÍA 22                 TERAPEUTA DEL SUEÑO
Somos muchos los que pagamos a nuestros psicoterapeutas miles de dólares al año para que nos ayuden a clarificar nuestros pensamientos y poner las cosas en una perspectiva apropiada que, en los receptáculos más profundos de nuestra mente, ya co­nocíamos. Esta noche aprenderá a invocar la sabiduría superior de un terapeuta de sus sueños. Al invocar a este guía personal de los sueños, obtendrá acceso a una información oculta en los luga­res más lejanos de su mente inconsciente.
Para prepararse para la sesión de sueños de esta noche en el diván del analista, pase el día observando sus relaciones con el mundo. ¿Cómo interactúa con las otras personas? ¿Cómo se ve influido por el entorno su estado de ánimo? ¿Cómo reacciona a los diferentes tipos de clima, tráfico y ruidos? ¿Cómo se siente, en general, sobre su vida y sobre usted mismo? ¿Puede describir las mareas altas y bajas de su estado de ánimo conforme va pa­sando el día?
En algún momento del día, busque algún lugar tranquilo en el que pueda sentarse a reflexionar sobre la condición de su vida personal. ¿Dónde se encuentra en este punto de la vida, especial­mente en relación con las fantasías que tuvo de niño? ¿Hay ideas o temas recurrentes que le hayan motivado mientras iba crecien­do? ¿Hay bloqueos psicológicos, u otros obstáculos, que le han impedido conseguir lo que soñó? Deje que sus pensamientos en­tren y salgan fácilmente sin retenerlos ni analizarlos demasiado atentamente.
Imagine ahora lo que significaría tener un terapeuta personal de confianza que entienda totalmente sus sentimientos y pensa­mientos más íntimos y pueda ofrecerle además conocimientos notables para superar las dificultades a las que se enfrenta actual­mente. Imagine con tanto detalle como pueda el aspecto que ten­dría ese individuo. ¿Su confidente será una anciana sabia de ca­bellos grises, un psiquiatra de edad mediana en un apartamento de tres piezas o un detective duro de una película de los años 30, o un conejo gigante de color blanco llamado Harvey? ¿Ese per­sonaje lleva perfume, va con una cartera, fuma cigarros gruesos o consume un suministro constante de zanahorias frescas? Imagí­nese sentado en este momento con su «terapeuta», explorando sus sentimientos más personales. Siga con esta parte del ejercicio durante al menos media hora antes de proseguir con el resto de sus actividades diarias.
Comience la parte siguiente del ejercicio aproximadamente una hora antes de acostarse. Reúna un pequeño número de obje­tos de incubación que simbolicen algunos aspectos significativos de su vida. Por ejemplo, puede elegir sus zapatos de cuando era un bebé, una fotografía de cuando era niño, un diploma, una vieja carta de amor, su medalla del congreso y un símbolo reli­gioso o espiritual. Elija también un objeto adicional que exprese alguna preocupación recurrente de su vida personal: un San Va­lentín que represente los problemas aparentemente constante de las historias amorosas, por ejemplo, o un cheque no cobrado que simbolice su confusión permanente sobre lo que está haciendo profesionalmente. Coloque estos objetos en su altar del sueño lú­cido mientras contempla tranquilamente su significado personal.
Puede mejorar la atmósfera quemando incienso y poniendo mú­sica de fondo.
Cuando esté preparado, métase en la cama y saque el diario de sueños. Ahora debe crear una frase de incubación que expre­se alguna preocupación general que tenga en estos momentos en su vida. Durante este ejercicio, no se centre en pequeñas preocu­paciones, como su relación perpetuamente confusa con su novio Melvin. Dirija más bien su atención hacia preocupaciones más globales, como la historia generalmente perturbadora de sus re­laciones sexuales, de la que Melvin es sólo el último ejemplo. En lugar de escribir ¿amo realmente a Melvin?, en esta ocasión escri­ba algo parecido a esto: ¿Por qué siempre acabo uniéndome a pa­tanes superficiales, egoístas, insensibles, infieles y de malas mane­ras como Melvin? Apague las luces, relájese y dispóngase a dormir.
De nuevo, puede intentar entrar en el estado de alta lucidez directamente desde la conciencia de vigilia, utilizando las técni­cas practicadas durante la Semana Tercera. O puede utilizar cualquier otra técnica de inducción del sueño lúcido que haya ex­plorado en las tres semanas anteriores. Pero con independencia de cuál sea el enfoque utilizado, debería concentrarse en las preocupaciones expresadas en su frase de incubación mientras se quedaba dormido. Deberá concentrarse también en su necesidad de obtener un conocimiento especial de la forma en que está ma­nejando su vida.
Le sugerimos que permita a su mente inconsciente proporcio­narle un escenario de sueño conveniente para explorar sus preo­cupaciones, poniendo el énfasis principal en buscar un terapeuta del sueño que le ayude a conocer su vida de vigilia.
Con este fin, en cuanto se encuentre en mitad de un sueño lú­cido, busque a su alrededor al terapeuta que vio el día anterior. Sin embargo, no se preocupe si no lo encuentra enseguida. Ex­plore el entorno de su sueño de una manera que parezca apropia­da al escenario: a pie, en coche, con el sueño del torbellino o con el del vuelo. Prosiga la exploración hasta encontrar al individuo que está buscando. Y recuerde que cuando su mente inconsciente haya añadido su entrada, el terapeuta del sueño quizá no se pa­rezca exactamente al individuo que imaginó conscientemente.
Cuando encuentre al terapeuta del sueño, puede utilizar la oportunidad para buscar consejos y conocimientos sobre su vida en el mundo de vigilia. Puesto que el terapeuta es la encarnación de todos los recuerdos y experiencias que residen en su mente consciente e inconsciente, deberá tener acceso a los detalles más íntimos de su vida. Por tanto, el terapeuta del sueño podrá ofre­cerle algún conocimiento sorprendentemente directo e ingenioso sobre la forma en que está manejando su existencia personal. Dicho de manera simple, su ser interior puede conocer más sobre lo que es bueno para usted de lo que su ser consciente quiere o puede admitir. Encontrándose con este ser interior en la forma de un guía o terapeuta personal en un sueño lúcido, podrá bene­ficiarse conscientemente de la sabiduría oculta de su mente in­consciente. Cuanto más practique este ejercicio, más incisivas serán sus percepciones.
Alerta del sueño. No se preocupe ni se sienta presio­nado si no encuentra a su terapeuta del sueño la primera vez que practica este ejercicio. En cualquier caso, es muy posible que el sueño que haya incubado exprese sus pen­samientos y sentimientos inconscientes sobre las preo­cupaciones en las que se concentró durante el día. Con la práctica, aprenderá a encontrar de manera regular a su terapeuta del sueño. Incluso puede establecer toda una sociedad de terapeutas para una variedad de sueños lú­cidos.
Alerta del sueño. Si despierta durante este ejercicio, continúe su «terapia» en un estado semiconsciente.
Alerta del sueño. Recuerde que cualquier terapeuta que encuentre en un sueño lúcido existe dentro de su pro­pia mente y por tanto no es verdaderamente objetivo. No tiene garantía de que su guía interior le proporcione per­cepciones omniscientes ni consejos sin posibilidad de error, sino sólo el potencial de un acceso más directo al funcionamiento interior de su mente inconsciente. Por tanto, debería evaluar racionalmente sus sesiones de te­rapia de sueños lúcidos a la luz fría de la realidad de vi­gilia.
Siga sólo aquellas directrices que hayan sido cuidado­samente pensadas y que es de esperar tengan conse­cuencias razonables. Y recuerde que la mente incons­ciente se expresa a menudo de forma simbólica. Por ejemplo, si el terapeuta del sueño le sugiere que quizá de­bería considerar asesinar a Melvin, hará bien en no to­marse literalmente ese consejo. En cambio, puede deci­dir poner fin a esa relación infeliz mientras empieza a enfrentarse a sus problemas más generales con los hom­bres.
Alerta del sueño. Si se siente abrumado por este ejer­cicio o por cualquier otro aspecto del Programa de Sueño Creativo, debe buscar la ayuda de un terapeuta compe­tente de la vida real antes de seguir con el Programa. Sin embargo, según nuestra experiencia, la mente incons­ciente no proporcionará al soñador una información que no pueda o quiera manejar en la vida de vigilia. Tanto si decide explorar esta fuente interior de sabiduría poten­cial por sí solo, o junto con un psicoterapeuta en el mundo de vigilia, el resultado puede ser muy benefi­cioso.
Alerta del sueño. Lea las instrucciones del día 23 antes de acostarse y acuérdese de registrar en el diario sus sue­ños nada más despertar por la mañana.

DÍA 23                 EL CURANDERO INTERIOR
En el día 23 ampliará la técnica del terapeuta del sueño invo­cando la imagen de un curandero personal que le ayude a mejo­rar su respuesta inmune. Hoy, en lugar de concentrarse en las preocupaciones psicológicas, dirija su atención hacia la condi­ción general del cuerpo.
Cuando despierte por la mañana, empiece por observar la forma en que se siente su cuerpo al salir de la cama. ¿Está lleno de energía, dispuesto a saltar a la ducha y marcharse al trabajo con potencia? ¿O se siente más bien como un elefante cazado, al que le han disparado con un proyectil tranquilizante y se está des­vaneciendo? ¿Antes de poder moverse tiene que tomarse varios litros de café fuerte? ¿O el sol de la mañana y un vaso de zumo de naranja bastan para que se sienta vivo y alerta?
A lo largo del día, observe el tipo de relación que mantiene con su cuerpo. ¿Evita a propósito hasta la más ligera oportuni­dad de hacer ejercicio y se atraca de comida basura? ¿Fuma? ¿O mantiene una dieta macrobiótica y se pasa las tardes en el club de salud bebiendo zumo de tomate, asistiendo a clases de aerobic y levantando pesas? En suma, ¿cuál es la actitud que mantiene hacia su cuerpo? ¿Cómo se refleja esa actitud en la dieta, el vesti­do y el nivel general de actividad física?
Tal como hizo durante el último ejercicio, busque un lugar tranquilo en el que pueda relajarse treinta minutos durante el día y considere el estado actual de su salud. ¿Hay algún problema crónico de salud que le lleve preocupando varios meses o años? ¿Puede decir algo de alguna preocupación de salud que haya em­pezado a perturbarle recientemente? ¿Se considera a sí mismo robusto o como un individuo más o menos endeble? Deje que sus pensamientos sobre la salud física entren y salgan fácilmente sin retenerlos ni analizarlos demasiado atentamente.
Imagine ahora lo que sería tener un curandero personal que constantemente controla su salud física y le ayuda a hacerse cargo de su cuerpo. ¿Qué aspecto tendría ese individuo? ¿Un brujo primitivo de una tribu con todos sus atributos? ¿Un ancia­no médico de bata blanca y estetoscopio? O Raquel Welch, vesti­da con ropa de gimnasio? Imagínese sentado con su curandero imaginario, describiendo su historia de salud personal desde la niñez. Prosiga esta parte del ejercicio durante al menos treinta minutos antes de dedicarse a las otras actividades del día.
Tal como hizo en el día 22. comience la siguiente parte de este ejercicio una media hora antes de dormirse. Elija un objeto de in­cubación que simbolice alguna preocupación significativa sobre el estado actual de su salud física. Por ejemplo, puede elegir una bolsa gigante de patatas fritas para simbolizar la preocupación por su dieta (¡no empeore el problema comiéndolas!), o un zapato viejo que simbolice los problemas que tiene en los pies. Coloque el objeto sobre el altar del sueño lúcido y compruebe tranquila­mente su significado simbólico. También puede mejorar la at­mósfera quemando incienso y poniendo música de fondo.
Cuando crea estar dispuesto, métase en la cama y exprese en el diario de sueños su preocupación de salud más importante. Por ejemplo, puede escribir: ¿Cómo puedo perder 25 kilos?, o ¿qué puedo hacer con respecto a mis alergias?
Apague las luces, relájese y utilice cualquiera de las técnicas que ha aprendido en las últimas dos semanas para inducir un sueño lúcido o muy lúcido. Cuando se esté quedando dormido, concéntrese en su frase de incubación y en los pensamientos ge­nerales sobre su cuerpo.
Cuando esté en medio de un sueño lúcido, concéntrese en en­contrar a su curandero, lo mismo que lo hizo para encontrar al te­rapeuta. Cuando lo encuentre, pídale consejo sobre sus preocu­paciones físicas más urgentes. Recuerde que su curandero representa un puente simbólico entre su mente consciente e in­consciente. Por tanto, podrá ayudarle a comunicarse consigo mismo en un nivel profundo e interior acerca de los pasos que ne­cesita dar para mejorar su condición física.
Pero si este ejercicio sólo sirviera para eso, el curandero ape­nas sería algo más que una versión muy especializada del tera­peuta. En realidad, el verdadero potencial del ejercicio del cu­randero del sueño empieza realmente donde termina la técnica del terapeuta.
Para experimentar el mayor benéfico potencial de su curan­dero del sueño tendrá que pedirle un remedio simbólico para un problema físico. Por ejemplo, el curandero puede ponerle las manos en alguna parte del cuerpo ofreciéndole así «energía curativa». El curandero puede ofrecerle también una medicina o guiarle hacia algún entorno curativo, como un mar templado de agua salada en el que pueda verse a sí mismo sumergiendo el cuerpo y aprovechando los rayos curativos del sol de la tarde.
Alerta del sueño. No se preocupe si no encuentra al curandero del sueño la primera vez que practica el ejerci­cio. El sueño incubado seguirá proporcionándole percep­ciones, sacadas de su inconsciente, sobre la forma en que está enfocando su salud física. Si despierta antes de haber terminado el ejercicio, complételo en un estado semiconsciente.
En una versión avanzada de este ejercicio, incluso puede ser usted mismo su curandero de sueños, incubando directamente escenarios de sueños terapéuticos. Muchas evidencias científicas demuestran que una visualización creativa puede ejercer una po­derosa influencia sobre el sistema inmunológico, ayudándole a movilizar sus defensas internas y a promover la respuesta psico­lógica a la enfermedad. Para movilizar de esta manera el sistema inmunológico del cuerpo, busque primero un símbolo apropiado de la enfermedad que le aqueja y colóquelo en el altar del sueño lúcido. Por ejemplo, si le afectan dolores de cabeza tipo migraña, puede imaginar los síntomas en forma de una hierba retorcida. Puede entonces ver cómo cava esa hierba en un jardín o parque cercano. Antes de acostarse, escriba en su diario de sueños, esta noche superaré en los sueños mi dolor de cabeza, concentrándose en esa idea mientras se queda dormido. Cuando se encuentre en un sueño lúcido, busque esa hierba y alguna forma de destruirla. Por ejemplo, puede matarla con gas venenoso, volarla con dina­mita o trocearla con un hacha. Evidentemente, si su problema tiene una base primordialmente emocional, le recomendamos que lo enfoque de una forma menos agresiva, tratando directa­mente primero los problemas emocionales.
Alternativamente, puede utilizar simplemente este método avanzado para tratar de estimular su capacidad inmune a la en­fermedad. Por ejemplo, puede ver sus células inmunes como pequenas semillas. Por la noche, en su sueño lúcido puede generar imágenes en las que estas semillas crezcan convirtiéndose en plantas saludables y lozanas.
Alerta del sueño. De acuerdo con un gran parte de la investigación reciente, esta técnica avanzada puede ser extremadamente eficaz para estimular la energía general y aumentar la resistencia a la enfermedad. Puede utilizar­se también para movilizar sus defensas frente a una am­plia gama de dolencias, desde la colitis hasta el cáncer, pasando por las alergias. Sin embargo, le sugerimos que si tiene cáncer o alguna otra enfermedad muy grave prac­tique estas técnicas sólo con la ayuda de un profesional de la imaginería del que le haya hablado su médico per­sonal o un hospital cercano, y en conjunción con todos los tratamientos médicos recomendados.
Alerta del sueño. Tanto si invoca la imagen de un cu­randero del sueño como si utiliza la imaginería guiada para mejorar su salud, le advertimos que debe evaluar las entradas del curandero del sueño a la luz del sentido común. Bajo ninguna circunstancia debe utilizar este ejercicio para sustituir el tratamiento médico o psiquiátri­co convencionales. No obstante, la curación durante el sueño puede ayudarle a responder positivamente a esos tratamientos, proporcionando una línea psicológica de defensa adicional frente a la enfermedad.
Alerta del sueño. Registre sus sueños en el diario cuando despierte por la mañana.

DÍA 24                 DOBLE VISION
Una de las experiencias más profundas que pueden compartir dos personas es un sueño mutuo. Estas cosas son en realidad más comunes de lo que podría imaginar, y pueden crear sentimientos de profunda comunión interior entre los que están implicados, pues de alguna manera han estado juntos en una realidad alterna o han compartido una experiencia «psíquica» inexplicable. En realidad, la explicación de los sueños compartidos es probable­mente mucho más mundana, aunque ello no disminuya su impac­to. Como los sueños están tan directamente influidos por las ex­periencias del mundo de vigilia, dos personas que tengan muchas experiencias de vigilia en común finalmente acabarán por com­partir el contenido o tema general de al menos parte de sus sue­ños. Sin duda, es ése el caso cuando los individuos concernidos se encuentran en una relación inusualmente estrecha, como la de los miembros de una pareja, los amigos íntimos o los colaborado­res cercanos.
Si esas personas comparten sueños lúcidos, el impacto puede ser particularmente profundo. Un sueño lúcido compartido puede permitir a dos personas explorar esas cuestiones de su relación desde una perspectiva más profunda, o al menos alter­nativa. Todavía más, ese sueño puede fortalecer su conexión in­terior.
Por tanto, en el día 24 practicará la incubación del sueño com­partido con un compañero. Si es posible, su compañero de este ejercicio debería ser otro participante del Programa de Sueño Creativo. Si no es posible, al menos debería ser un amigo muy ín­timo, si no el otro miembro de su pareja.
Empiece el día intercambiando algunas ropas u otros artícu­los personales con su compañero. Ella puede ponerse su corbata como chal, por ejemplo, y usted puede ponerse su pañuelo o sombrero. También será eficaz cambiar la colonia o perfume. Durante el día, pase con su amigo el mayor tiempo posible, tra­tando de que el día sea rico en estimulación emocional sensorial. Por ejemplo, pueden pasar algún tiempo recogiendo fósiles junto al océano, bailando en una discoteca o subiendo en todos los ascensores del área comercial local. También pueden ir a ver una película interesante, aunque debe asegurarse de que sea muy estimulante; una película de George Lucas sería una elección más apropiada para este ejercicio que una de Ingmar Bergman. Si decide ir al cine, le recomendamos también que vea la película en un lugar vivo y dinámico de la ciudad, en el que la participación del público sea alta. Para este ejercicio, evite los cines de los mul-ticentros suburbanos.
En algún momento de su actividad compartida, usted y su amigo seleccionarán cada uno un objeto de incubación del sueño sacado del entorno inmediato. Para que la selección sea más inte­resante, intercambiarán los objetos, para que antes de irse a la cama cada uno se concentre en el objeto del otro. Cuando la oportunidad se presente de manera natural en el curso de la con­versación, también pueden recordarse periódicamente el uno al otro que ambos tratan de incluir elementos de sus experiencias de vigilia compartidas en el sueño de la noche. Dependiendo de la naturaleza de su relación y de las predisposiciones personales, podrá mejorar su experiencia de vigilia todavía más discutiendo algunos intereses especiales de sus vidas privadas, entrando en el estado alterado de relajación en alerta juntos, o simplemente ha­ciendo el amor.
Para este ejercicio, no importa si usted y su compañero duer­men juntos o separados. Sin embargo, antes de disponerse a dor­mir, cada uno empleará algún tiempo en reflexionar sobre las ex­periencias de vigilia compartidas, y en los objetos de incubación que cada uno ha dado al otro. También debe llevar a la cama alguna prenda de ropa del otro, y quizá también su colonia favo­rita.
Antes de irse a dormir, ambos deben registrar en su diario de sueños la intención de tener sueños lúcidos sobre el otro. (Si su amigo no lleva un diario de sueños, puede utilizar para esta noche un trozo de papel o un bloc.)
Al irse durmiendo, puede utilizar cualquiera de las técnicas de sueño creativo para inducir un sueño lúcido o muy lúcido. Después, debe buscar en el paisaje del sueño a su amigo cami­nando, conduciendo, volando o girando, de la misma manera que buscó al terapeuta del sueño en el día 23. Cuando encuentre a su amigo, podrá tener la mayor aventura compartida que puede ofrecerle la realidad del sueño. También puede utilizar el sueño para llevar su relación a nuevos niveles de intimidad, sinceridad o intensidad. Al fin y al cabo, las relaciones del sueño pueden re­sistir grandes dosis de estos elementos aunque estén prohibidas en la vida cotidiana.
Alerta del sueño. Cuando despierte, registre sus sue­ños en el diario. Compare después las notas con las de su amigo. ¿En qué medida fueron similares o diferentes los dos sueños? ¿Experimentó esa experiencia mutua inten­sa, el sueño compartido? ¿Establecieron los dos una em-patia y resonancias suficientes durante el día para andar de nuevo por el mismo camino en sus sueños?

DÍA 25                 AMANTES DEL SUEÑO
Los ejercicios de los días 25 y 26 son totalmente sexuales. Si el realizar estos ejercicios le produce alguna incomodidad, páselos y emplee el tiempo en repasar los ejercicios anteriores del Pro­grama de Sueño Creativo. Además, el ejercicio del día 25 exige el consentimiento de un compañero sexual adulto, pero no así el del día 26, por lo que puede saltarse el ejercicio de hoy y practi­car las técnicas descritas para el día 26 durante dos días. Lea las instrucciones de estos dos ejercicios antes de empezar, para que no tenga que interrumpir las experiencias sexuales para mirar las directrices.
En el día 25 pase el máximo tiempo posible pensando en su relación sexual y emocional con su compañero y tratando de ex­presarla. Para empezar, ambos deberían tomar una comida ro­mántica, bien comiendo lo suficiente para sostenerse a través de los ejercicios del día o teniendo comida y bebida disponible para la sesión en la que hagan el amor. Pero no se sobrepase: no que­rrá llenarse demasiado impidiendo así su actividad sexual. Inclu­so puede incorporar la comida al ejercicio. Le sugeriríamos ali­mentos sensuales, como quesos suaves pero sabrosos, aceitunas, ostras de Belon, hojas de parra rellenas, pastas ricas y cremosas un cuenco grande de frutas maduras, como cerezas, y un vino agradable o zumo de frutas. (Como es natural, querrá mantener todo esto dentro de los límites de sus restricciones dietéticas.) Le sugerimos que mientras están comiendo usted y su compañero pasen algún tiempo tocándose el uno al otro y hablando de sexo.
Específicamente, deberían hablar sobre lo que planean y de­sean para la siguiente sesión sexual. Por ejemplo, podría decir: Quiero besar cada centímetro de tu cuerpo, o deseo arañazos lige­ros e indoloros en la superficie de mi piel o vamos a simular que somos unos cavernícolas sensuales, unos trogloditas, sin ningún lenguaje formal, que se encuentran de pronto en una playa prehis­tórica bajo una tormenta. ¿Le gusta ir vestido de cuero? ¿Le en­canta la sensación de un vibrador? Cualquiera que sea su fanta­sía, exprésela verbalmente ahora.
Cuando hayan terminado de comer, tomen juntos una ducha o un baño sensual, enjabonándose lentamente el uno al otro y to­cándose en lugares sexuales especiales. Después debe pasar por lo menos dos horas masajeando el uno al otro los cuerpos desnu­dos con un aceite templado y aromático, tocándose, abrazándose y besándose, y haciendo el amor apasionadamente. Puede mejo­rar también la atmósfera poniendo música sensual, encendiendo velas o quemando incienso.
Simule que acaba de encontrar a su compañero y que ambos están descubriendo sexualmente al otro por primera vez. Con­céntrese en aquellos aspectos de la sexualidad del otro que más le excitaron la primera vez. Piense en la primera vez que le vio des­nudo, la primera vez que examinó sus órganos sexuales, y la pri­mera vez que se tocaron el uno al otro entre las piernas. Recuer­de la sensación que tuvo cuando el otro le tocó por primera vez los órganos sexuales. Siéntase en libertad para hablar de estos re­cuerdos con el otro. Aproveche la oportunidad de ser lo más abierto posible con su amante. Olvídese del mundo exterior, el mundo exterior al dormitorio, y ahora concéntrense el uno en el otro.
Elija alguna actividad sexual de su predilección, como acari­ciar lentamente al otro llevándole a orgasmos múltiples cada vez más poderosos, o tomar los órganos sexuales del otro en la boca para llevarle al climax. Luego piense en algo igualmente excitan­te que el otro le pueda hacer. Después, pruebe algo distinto, algo que no hayan hecho juntos todavía, como hacerle cosquillas al otro con una pluma, o cubrir sus órganos sexuales con un sirope templado, con algún jugo o vino, para lamerlo lentamente.
Deben estar dispuestos a hacer el amor juntos hasta que ambos se sientan agotados y dispuestos a dormirse con facilidad. Pero unos minutos antes de dormirse, antes incluso de haber de­jado de hacer el amor, deberán empezar a hablar del sueño lúci­do mutuo que tendrán que incubar juntos. ¿Hay alguna fantasía en particular que le gustaría representar, una fantasía que nunca puede satisfacer cómoda o fácilmente en la vida real, como in­cluir a una tercera persona en la relación amorosa, o vestirse de otra manera y representar papeles diferentes? ¿Hay algún lugar particular en el que le gustaría hacer el amor, como el Metropoli­tan Museum of Art, la cumbre del monte Everest o la Torre Eif-fel, o el muelle de carga de una nave espacial? Hablen de estas fantasías abiertamente, sin miedo a que al hacerlo vuelvan a hacer el amor. Sólo asegúrese de establecer algún tipo de objeti­vo para su escenario mutuo de sueño lúcido. Durante un minuto registre el objetivo del sueño lúcido en el diario. (Si su compañe­ro no tiene un diario, puede utilizar una página del suyo, o un trozo de papel.) Luego sigan haciendo el amor hasta que ambos se queden dormidos.
Mientras se duermen el uno en brazos del otro, concéntrese en conseguir la alta lucidez utilizando las técnicas descritas en la Semana Tercera. Si eso resulta demasiado fatigoso tras una noche de hacer el amor apasionadamente, induzca un sueño lúci­do utilizando alguno de los métodos descritos en el Programa de Sueño Creativo. Concéntrese también en satisfacer todo lo posi­ble su fantasía de sueño lúcido.
En cuanto se dé cuenta de que está soñando, busque a su alre­dedor la imagen de su compañero en el sueño. Si no lo ve, bús-quelo por el terreno del sueño, o simplemente llámelo para que aparezca. Cuando lo haya encontrado, concéntrese en satisfacer con él su fantasía sexual dentro de un sueño lúcido. Utilice las ha­bilidades avanzadas de tejido de sueños para ajustar el escenario y los objetos, desde la brisa que sopla la cortina hasta la botella de champán de Dom Pérignon, pasando por los destellos dora­dos de su pelo. Mientras lo hace así con su amante del sueño, ex­perimentará la pasión sexual más excitante y desenfrenada de su vida.
Alerta del sueño. La primera vez que practique este ejercicio, puede experimentar o no un encuentro sexual a plena escala. Pero incluso desde la primera vez es más que probable que tenga alguna experiencia de sueño se­xual. La práctica de este método con regularidad le ayu­dará a explorar las fantasías sexuales de sus sueños. Quizá sea más importante todavía el hecho de que el ejer­cicio de los amantes del sueño le ayudará a usted y a su compañero a mejorar su relación sexual en el mundo de vigilia.
Alerta del sueño. Si pasa a la conciencia de vigilia mientras practica este ejercicio, siga representando su fantasía con la imaginación semiconsciente.
Alerta del sueño. Registre los sueños en el diario nada más despertar por la mañana, y antes de comparar las ex­periencias con las de su compañero. Después, no sólo de­berá contarle los sueños sexuales que haya tenido, sino también considerar incluso ciertos aspectos de estos sue­ños dentro de la realidad de vigilia. Tras practicar este ejercicio y revisar juntos las experiencias del sueño, ambos deberán compartir alguna actividad no sexual de bajo tono, como jugar al Scrabble, o ir a dar un paseo al parque, para mantener una sensación de equilibrio y rea­firmar su conexión en el mundo de vigilia.

DÍA 26                 FANTASÍAS PROHIBIDAS
Comience el día 26 pensando en sus fantasías sexuales. ¿Tiene escenarios favoritos —quizá incluso fantasías «prohibi­das»— que le gustaría representar, pero nunca ha tenido el valor de hacerlo en la vida real? ¿Ha habido encuentros sexuales en el pasado que le gustaría reexperimentar ahora si pudiera? ¿Le gus­taría hacer el amor con su actual compañero sexual pero no puede hacerlo porque ambos están físicamente separados? ¿O le gustaría experimentar el sexo con los hombres o mujeres que ocupan las páginas centrales de las revistas? ¿Qué le parece su jefe, su secretaria, vecino, la mejor amiga de su esposa o la espo­sa de su mejor amigo? ¿Qué le parecen las estrellas de la escena y la pantalla? Estas personas pueden estar fuera de su alcance o lí­mites en la vida real, pero no en sus sueños lúcidos.
Con independencia de cuál sea su fantasía, piense en ella siempre que pueda durante el día. Después, durante alguna parte tranquila del día —quizá la hora del almuerzo—, elija un lugar en el que pueda sentarse y dejar que su fantasía sexual re­corra su mente con detalles ricos y abundantes durante los próxi­mos cuarenta y cinco minutos. Durante este período debería con­centrarse en su fantasía hasta que parezca palpable y real. Conjure mentalmente la imagen de su compañero de fantasía. ¿Cómo va vestido? ¿Cómo camina? ¿Qué sensación le produce encontrarle en ese lugar inesperado, tan lejos de su casa?
Tras haber fijado esos detalles en la mente, imagine que la fi­gura central de su fantasía ha decidido unirse a usted para el al­muerzo. Imagine ahora cómo podría ser la conversación: ¿Qué estás haciendo aquí?... ¿No se suponía que hoy tenías que estar en el Cairo?... ¿No eres David Letterman? Conforme vaya pasando el período de almuerzo, debe crear una fantasía completa en su mente. Por ejemplo, David Letterman puede estar almorzando junto a su oficina, en la zona céntrica de Fayetteville porque desea alejarse del estrés que le provocó la escena de la última noche. Espera que nadie le reconozca en este lugar, pero cuando usted lo hace él le confiesa que lleva años sufriendo por causa de una angustia interior. No es necesario decir que terminan ambos en el Fayetteville Hilton... durante interminables semanas. Si el objeto de su deseo secreto es David Letterman, tanto como si es otra persona, imagínese que la desnuda lentamente, tocando el cuerpo desnudo de su amante, y sintiendo que él responde y le toca a su vez. Recuerde que debe incluir los detalles, todos ellos, hasta que haya terminado el período de cuarenta y cinco minu­tos. Después siga con su día normal, dejando que la fantasía pase fácilmente por su mente.
La parte siguiente de este ejercicio debe realizarla en su dor­mitorio, una media hora antes de la que se acuesta normalmente. Coloque en el altar del sueño un símbolo de su fantasía erótica, y escriba en el diario una frase sobre esa fantasía. Después pónga­se en un marco mental sexual: puede ponerse alguna ropa suelta y sexy, poner algo de música romántica de fondo, y beberse una copa de zumo de frutas o de vino.
Entre en un estado de relajación en alerta y concéntrese en los pensamientos, sentimientos e imágenes que personalmente le resulten más eróticos. Podría ser útil pensar en la última ocasión en la que tuvo un orgasmo intenso. ¿Qué estaba pensando en ese momento? ¿Se encontraba con alguien? ¿Qué estaba haciendo exactamente en el momento de la liberación sexual? Ahora relá­jese y recuerde la fantasía que tuvo durante el día. Vuelva a ima­ginarse desnudando lentamente al objeto de su deseo. Véase a sí mismo, y siéntase, tocando el cuerpo desnudo de su amante, y que éste le toca a usted. Imagínese a los dos juntos en un lugar especial, como una romántica cabaña del bosque, un hotel anti­guo de la orilla izquierda de París, o un despacho apartado del lugar en donde trabaja. En ese lugar secreto imagine que ambos están haciendo cosas «prohibidas». Disfrute de la fantasía al mismo tiempo que se va sintiendo más y más profundamente re­lajado, y utilizando las técnicas que aprendió en la Semana Ter­cera concéntrese en entrar en el estado de sueño de alta lucidez. Si lo prefiere, puede quedarse dormido mientras utiliza alguna de las técnicas de la Semana Segunda para la incubación de un sueño lúcido.
Alerta del sueño. No olvide que se está esforzando por una excitación sexual dramáticamente elevada sin la ex­periencia previa de un orgasmo antes de dormirse. Por tanto, maximizará la potencia de su deseo para cumplir su fantasía en el sueño lúcido. Y concentrará gran parte de su atención en las fantasías sexuales durante todo el día. Por ello, es importante que evite tener un orgasmo durante al menos doce horas antes de practicar este ejer­cicio.
Cuando se encuentre en un sueño lúcido o muy lúcido, estará en libertad de seguir su fantasía con un total abandono. Recuer­de que las técnicas de viaje en el sueño y tejido de sueños le pue­den ayudar a llevarle a cualquier parte del mundo del sueño, y con cualquiera. Tenga tantos orgasmos como quiera, con quien quiera, haciendo lo que desee; nadie sabrá nunca la diferencia.
Alerta del sueño. Si comienza a despertar durante el ejercicio, prosiga la fantasía en el estado semiconsciente, permitiéndose una liberación sexual.
Alerta del sueño. Registre los sueños en el diario lo antes posible nada más despertar.

DÍA 27                 CONCIENCIA EXTENDIDA
La posibilidad de que los sueños permitan acceder a un exten­so nivel de conciencia, que lleva al soñador más allá de su reali­dad interior, ha fascinado a los entusiastas del sueño desde el principio de los tiempos. Muchas personas creen que los sueños pueden proporcionar a veces información sobre el futuro o sobre acontecimientos muy distantes, o incluso que pueden permitir a dos individuos comunicarse directamente mientras duermen. En muchos casos, la evidente expresión de esa información puede explicarse como el producto de la imaginación del soñador, o como una simple coincidencia. Con frecuencia, sueños que pare­cen psíquicos se explican también como la integración incons­ciente de la información sensoria y analítica de la que dispone el soñador por medio de canales bien conocidos.
Sin embargo, hay algunas preguntas que los científicos se si­guen haciendo. ¿Pueden los soñadores tener información a la que no pueden acceder en absoluto por medios ordinarios? ¿Y si es así, puede la lucidez o la alta lucidez facilitar al soñador el con­trol de esa esfera misteriosa expandida?
En el día 27 realizará un experimento informal para ver si sus sueños lúcidos pueden conducirle a una ampliación de la con­ciencia. Este experimento informal se basa en la obra del psi­quiatra e investigador de sueños Montague Ullman y sus colegas, quienes pusieron a prueba las habilidades extendidas en el Labo­ratorio de Sueños del Centro Médico Maimónides de Brooklyn, Nueva York, durante los años 60. Como consecuencia de estos estudios fascinantes, descritos por Ullman y sus colegas en el libro ya clásico titulado Dream Telepathy, el equipo del Maimó­nides informó que tenía poderosas evidencias de que en los sue­ños se producía una ampliación de la conciencia. Esta noche usted adaptará a sus necesidades la técnica experimental básica que fue desarrollada por el equipo del Maimónides.
Para empezar, pídale a un amigo que se concentre durante quince minutos en una película de vídeo antes de irse a la cama y de nuevo antes de levantarse por la mañana. Por favor, pídale a un amigo que elija una secuencia de vídeo que esté seguro de no haber visto nunca, y que contenga imágenes visuales y sonidos sorprendentes. Viaje al centro de la Tierra, Dr. Strangelove, o in­cluso un vídeo de rock, como Thriller de Michael Jackson, servi­rían muy bien. Si no es posible ver un vídeo, pídale a su amigo que elija una imagen de revista —Life, Omni, National Geograp-hic, Smithsonian suelen tener fotografías apropiadas— y que uti­lice la imagen para el ejercicio. Asegúrese de que el número de revista que elige su amigo no lo haya visto usted nunca, y que elija una fotografía que aparezca sólo en ese número. Cuando su amigo haya elegido el vídeo o la fotografía, no deberán tener nin­gún contacto entre sí hasta que haya completado usted la siguien­te fase de este ejercicio.
El resto del día debe pasarlo como de costumbre, practicando comprobaciones de la realidad y reafirmando su deseo de tener un sueño lúcido o muy lúcido. Reafirme también su deseo de que la imagen que haya elegido su amigo aparezca en su sueño. Des­pués, antes de dormirse, dígase que quiere soñar con el vídeo o fotografía en la que su amigo se estará concentrando, reafirman­do su intención de tener un sueño lúcido. Acuérdese, mientras sueña, de buscar en el terreno del sueño las imágenes que desea. Puede buscarlas en un sueño de vuelo, o simplemente pedir su presencia con técnicas avanzadas de tejido de sueño.
Alerta del sueño. En cuanto despierte por la mañana, registre sus sueños en el diario. Para este ejercicio, es particularmente importante que dibuje también sus im­presiones. Le sugerimos que llene dos o tres páginas del diario con impresiones visuales de las imágenes que cree que ha elegido su amigo, así como con impresiones vi­suales de cualquier sueño, parezca o no relacionado con el tema. Cuando haya registrado todo eso, deberá reunir­se con su amigo lo antes posible. Entonces su amigo le mostrará el vídeo o la fotografía en la que se concentró por la mañana y antes de acostarse. ¿Hay similaridades entre los recuerdos del sueño y el material que estaba ob­servando su amigo? Compartan los dibujos e impresio­nes escritas y pídale la opinión a su amigo.
Alerta del sueño. Una variación especialmente intere­sante de este experimento informal consiste en pedirle a su amigo que mezcle la fotografía o vídeo que utilizó real­mente para el ejercicio con una colección al azar de otras imágenes o películas igualmente interesantes, pero muy distintas, que no formaron parte del experimento. Des­pués, mientras su amigo espera en otra habitación, intente ver si puede elegir la fotografía o el vídeo correctos ba­sándose en las impresiones que recuerda de los sueños de la noche anterior. Evidentemente, no se trata de un ex­perimento formal, entre otras razones porque su amigo habrá manejado las fotografías o vídeos antes de que usted las vea, pero este ejercicio está pensado para su in­terés y exploración personal, y no para ser publicado en una revista científica. Si usted está motivado, sin duda encontrará muchas variaciones fascinantes del experi­mento informal que aquí le sugerimos. Le deseamos que tenga un gran éxito en esos esfuerzos.
Alerta del sueño. Le advertimos algo que dijo hace mucho tiempo Sigmund Freud: incluso los sueños que parecen sugerir una conciencia extensa sin duda reflejan también lo que la psique inconsciente considera más re­levante. Dicho de otro modo, no se puede rechazar un sueño aunque en la superficie parezca tener más relación con la experiencia de vigilia de alguna persona cercana que con la suya propia. Tanto si cree que su sueño repre­senta un ejemplo de conciencia ampliada como si no, asegúrese de analizar su contenido en los términos del significado simbólico y emocional que tiene para usted.

DÍA 28                 SÁBADO POR LA NOCHE, NO TENGO CUERPO
En los términos más simples, la experiencia fuera del cuerpo, o EFC, es la sensación subjetiva de que su conciencia está tempo­ralmente situada en el exterior de su cuerpo físico. Puede haber tenido ya una EFC, despertando en mitad de la noche y perci­biendo que ha dejado su cuerpo tumbado en la cama, abajo, y que usted flota por encima. O puede haber conocido uno de los numerosos informes de los que cuentan que nada más haber teni­do un accidente en la carretera, o un ataque de corazón, abando­naron temporalmente sus cuerpos.
Las EFC son tan fascinantes que hemos escrito un libro, Experiencias extracorporeas en 30 días (Editorial EDAF, 1990), para ayudarle a explorar e inducir deliberadamente las EFC. Un ejercicio básico que puede empezar a practicar esta noche, sin embargo, consiste en una inducción de una experiencia fuera del cuerpo en mitad de un sueño lúcido.
Este es un momento apropiado para que señalemos que la EFC y el sueño lúcido no son lo mismo. Aunque a menudo se confunden, los estudios de laboratorio muestran que son psicoló­gica y fisiológicamente distintos. Por una parte, no tiene que estar dormido para tener una experiencia fuera del cuerpo. Por otra parte, las pautas de ondas cerebrales y las de los movimien­tos oculares que han surgido de los estudios de estas experiencias en el laboratorio son muy diferentes de las relacionadas con los sueños.
Sin embargo, una manera excelente de inducir una experien­cia fuera del cuerpo consiste en inducir un sueño lúcido. Y ésa es la técnica que aprenderá hoy.
Para empezar, disponga de un período de aproximadamente una hora durante el día para visitar un entorno fácilmente identificable que estimule todos sus sentidos. Por ejemplo, puede pasar algún tiempo sentado frente a los leones del zoo de su ciu­dad, o paseando entre un huerto lleno de melocotoneros, o re­moviendo la basura de algún lugar cercano. Sea creativo. No vaya a cualquier lugar que acostumbre a visitar, como su bar fa­vorito o el centro de compras local. Piense en algún lugar más inusual, como el museo de ciencias de su ciudad, o un mercado de pescado al aire libre.
Busque un lugar cómodo del entorno elegido en el que pueda sentarse. Cierre los ojos cinco o diez minutos, escuchando los so­nidos que le rodean: los sonidos más grandes y distantes, como aviones, gritos y sirenas, y los sonidos más pequeños e inmedia­tos, como las voces de la multitud que pasa, o las moscas que ate­rrizan en su almuerzo. Mantenga los ojos cerrados, tome una ins­piración profunda y observe los olores del entorno. ¿Huele a animales la jaula de los leones? ¿Huele a pescado reciente el mercado al aire libre? ¿Alguien está quemando basura en el basurero? Respire profundamente, y al mismo tiempo distinga conscientemente tantos olores como pueda.
Con los ojos todavía cerrados, observe las sensaciones de su cuerpo mientras está sentado. ¿El suelo es blando, como una duna de arena? ¿O es duro, como el de un banco viejo del par­que? ¿Qué sabor tiene en esos momentos en su boca, fresco y mentolado, como el de un chicle de menta, o se parece más a la pizza de ajo que tomó como almuerzo?
Abra los ojos y lentamente mire a su alrededor. ¿Cuál es la imagen primera y más sorprendente que ve? Observe las luces y colores de su círculo inmediato y del entorno más distante. Mire al cielo y fíjese en el clima. Mire hacia abajo notando las sombras o dibujos de luz moviéndose por él. Prosiga esta parte del ejerci­cio durante veinte o treinta minutos, y después levántese y pase el resto del día con toda normalidad.
Acuéstese a la hora habitual, utilizando la técnica que prefie­ra para inducir un sueño lúcido o muy lúcido. Antes de apagar las luces, coja el diario de sueños y elabore una frase que exprese su intención de tener una EFC. Aunque no creemos necesariamen­te que las EFC representen una separación tangible entre la con­ciencia y el cuerpo físico —simplemente no tenemos pruebas científicas concluyentes en un sentido u otro—, puede escribir una frase como ésta: Esta noche me daré permiso para abandonar mi cuerpo. De esa manera, distinguirá conscientemente su inten­ción para esta noche de la de tener un simple sueño ordinario de vuelo.
Cuando practique este ejercicio, puede descubrir que simple­mente el hecho de tomar una decisión consciente para permitirse una EFC basta para desencadenar la experiencia. Sin embargo, es más probable la posibilidad de que simplemente tenga un sueño lúcido, quizá implicando elementos del lugar en el que practicó previamente el ejercicio de conciencia sensoria. En cualquier caso, en cuanto reconozca que está soñando, dirija su atención hacia su cuerpo real: no a la imagen de su cuerpo parti­cipando en el escenario del sueño, sino a su cuerpo físico acosta­do en la cama. No se preocupe de mantener el sueño lúcido. Permita más bien que las imágenes se alejen tranquilamente hacia el fondo de su conciencia, o desaparezcan totalmente de su mente.
Mientras hace esto, es decisivo que no abra los ojos, se mueva ni se permita retornar completamente a la conciencia de vigilia. Idealmente, esta técnica engendrará un estado entre el sueño lú­cido y la vigilia, en el que la realidad física cotidiana parece adop­tar algunas de las dimensiones flexibles del cuerpo. Mantenga brevemente esta perspectiva algo distanciada y surrealista hacia su cuerpo. Después, dirija totalmente la atención hacia los re­cuerdos del lugar en el que practicó, durante el día, el ejercicio de conciencia sensoria.
Recuerde cómo se sentía al estar sentado allí con los ojos ce­rrados, en ese lugar distante, e imagine que ha regresado allí ahora mismo, experimentando de nuevo esas sensaciones. Con­jure todas sus impresiones de ese lugar, desde los sonidos hasta las texturas, los olores, y las imágenes visuales más sorprenden­tes del día. Deje que esas impresiones cristalicen plenamente en su imaginación, hasta que sienta casi que se encuentra presente en ese lugar. Conforme esa sensación se intensifica, imagínese flotando por ese entorno distante, experimentándolo desde una variedad de perspectivas cambiantes. Si sus imágenes son lo bas­tante poderosas, puede haber inducido una EFC auténtica. Fi­nalmente, cuando su deseo de «viajar fuera del cuerpo» haya sido saciado, y cuando le parezca cómodo, concéntrese una vez más en sus sentimientos hacia el cuerpo.
Al volver a poner la atención en el cuerpo, ¿se encuentra ex­perimentando de nuevo imágenes de su sueño lúcido? Si es así, regrese directamente al estado del sueño y prosiga el resto de la noche con esas experiencias. Si no esa así, concéntrese en la sen­sación de estar acostado en la cama, y gradualmente despierte, o vuelva a dormirse profundamente.
¿Cómo podrá saber si ha tenido una experiencia fuera del cuerpo auténtica, o si simplemente imaginaba las cosas, o si soñó que había tenido esa experiencia? ¡Es una buena pregunta! Por desgracia, si carece de un equipo de control en su casa y de un par de fisiólogos, la pregunta tiene una difícil respuesta. Por tanto, le sugerimos que piense en esto: una experiencia fuera del cuerpo es subjetivamente tan sorprendente cuando se produce que debe distinguirse de cualquier otro tipo de experiencia que pueda haber tenido. Dicho de otro modo, tener una experiencia fuera del cuerpo es como tener un orgasmo o enamorarse. Cuando su­cede, lo normal es darse cuenta de ello.
Alerta del sueño. Si no tiene una experiencia fuera del cuerpo la primera vez que practica el ejercicio, no tiene que presionarse a sí mismo ni sentirse preocupado. Con años de sueños lúcidos por delante, tendrá muchas opor­tunidades para practicar este ejercicio en el futuro. Si le interesa particularmente, como a nosotros, la esfera fas­cinante de estas experiencias, lea Experiencias extracor-póreas en 30 días (Editorial EDAF, 1990).
Alerta del sueño. Acuérdese de registrar sus sueños o experiencias fuera del cuerpo en el diario nada más des­pertar por la mañana.

 

 

SEMANA CUARTA. CONCIENCIA CREATIVA

 

 

DÍA 22
TERAPEUTA DESUEÑO

DI A 23
ELCURANDERO INTERIOR

Por la mañana, recuerde y
registre sus sueños.

Pase el día
observando su relación con el mundo.

Imagine a un confidente o terapeuta personal que pueda ayudarle a solucionar sus problemas.

Aproximada-mente una hora antes de acostarse, reúna algunos objetos
que representen a historia de su vida, así como un
objeto que simbolice un
problema permanente, y
colóquelos cerca de su símbolo de lucidez.

Exprese su preocupación en eldiaro de sueños.

Induzca un sueño
lúcido o muy lúcido.

Recorra el  entorno del sueño hasta que encuentre al  terapeuta y preste atención a lo que tenga que decirle.

Por la mañana, recuerde y
registre sus sueños.

Pase el día observando las sensaciones de su  cuerpo.

Imagine a un curandero personal que puede ayudarle a conseguir una salud óptima.

Aproximada-mente una hora
antes de acostarse, elija un
objeto de incubación que
simbolice alguna preocupación
significativa sobre su salud.

Colóquelo cerca de su símbolo de
lucidez.

Exprese su preocupación en el diario de sueños

Induzca un sueño lúcido o muy lúcido.

Recorra el entorno del sueño
hasta que encuentre al
curandero y vea lo que tiene que decirle.

Pídale que le ayude a curarle.

SEMANA CUARTA. CONCIENCIA CREATIVA (Continuación)

DI A 24
VISION DOBLE

DÍA 25
AMANTES DELSUEÑO

Por la mañana, recuerde y
registre sus sueños.

Busque un amigo con el que compartir este
ejercicio y una parte del día.

Cambie alguna prenda de ropa con su amigo.

Compartan el día o parte de él haciendo algo memorable.

Hablen sobre su intención de soñar el uno con
el otro.

Cada uno debe elegir un objeto que simbolice el tiempo que han pasado juntos.

Cambien los objetos.
Vaya a casa y coloque el objeto que le ha dado su amigo junto a su símbolo de lucidez.

Registre en el diario de sueños su intención de soñar con su amigo.

Piense en su amigo mientras se queda dormido.

Induzca un sueño lúcido o muy lúcido.

Busque a su amigo en el paisaje del sueño.

Por la mañana. recuerde y registre sus sueños.

Compare notas con su amigo.

Busque un amante con el que compartir este ejercicio y parte del día.

Tomen una comida romántica y hablen de sus planes para una sesión de abandono sexual.

Tomen juntos un baño o ducha.

Pasen dos horas haciendo el amor.

Hablen de los sueños mutuos que querrían
incubar juntos.

Registren los objetivos en el diario de sueños.

Sigan haciendo el amor.

Después quédense dormidos induciendo un sueño lúcido o muy lúcido.

Cuando se dé cuenta de que está soñanado, busque a su compañero en el sueño.

Ajuste el escenario y los objetos del sueño para producir un efecto romántico.

Lleve a cabo las intenciones sexuales de las que hablaron antes de quedarse dormidos dentro del contexto del
sueño.

SEMANA CUARTA. CONCIENCIA CREATIVA (Continuación)

DÍA 26
FANTASÍAS PROHIBIDAS

DÍA 27
CONCIENCIA EXTENDIDA

Por la mañana, recuerde y registre sus sueños.

Piense en sus fantasías sexuales.

En algún momento del día, vaya aalgún lugar tranquilo e imagine un  encuentro sexual con el amante del sueño que elija.

Coloque un símbolo de su fantasía erótica cerca de su símbolo de lucidez.

Entre en un estado mental sexual.

Entre en un estado de relajación en alerta y piense en su fantasía sexual.

Induzca un sueño úcido o muy lúcido.

Recorra su fantasía con total abandono dentro del contexto del sueño.

Compare notas con su compañero del día 25.

Por la mañana, recuerde y registre sus sueños.

Busque un amigo y pídale que elija una secuencia de vídeo o una fotografía estimulantes y que se concentre en ella durante quince minutos antes de
acostarse, y de nuevo al
levantarse por la mañana.

Durante todo el día, pregúntese a sí mismo si está o no soñando.

Durante todo el día, afirme su deseo de tener sueños lúcidos.

Dígase a sí mismo que la imagen que ha elegido su
amigo aparecerá en sus sueños.

Antes de dormirse, afirme que va a soñar con la imagen en la que se concentró su amigo.

Reafirme su intención de tener
un sueño lúcido.

Induzca un sueño lúcido o muy
lúcido.

Cuando esté soñando, busque
en el terreno de los sueños las
imágenes que debe identificar.

Semana cuarta. Conciencia Creativa (Continuación)

                                                    DI A 28
SÁBADO POR LA NOCHE, NOTENGO CUERPO

Por la mañana recuerde y registre sus sueños.
Haga hoy un esfuerzo especial  dibujando también sus impresiones.
Visite a su amigo y véalas imágenes que eligió para concentrarse la noche anterior.

Durante todo el día, pregúntese si
está o no soñando.

Durante todo el día, afirme su deseo de tener sueños lúcidos.

Visite algún lugar especial y extremadamente estimulante.

Siéntese, cierre los ojos y escuche los sonidos que le rodean.

Fíjese en los olores.
Observe la sensación de su cuerpo.
Abra los ojos y mire a su alrededor.

Cuando vaya a acostarse, coja el diario de sueños y registre su intención de tener
una experiencia fuera del cuerpo.

Induzca un sueño lúcido o muy lúcido.

En cuanto comprenda que está soñando,
procure concentrarse en su cuerpo
dormido.

Cuando desaparezcan las imágenes del
sueño recuerde el lugar en el que se sentó durante el día.

Concéntrese en ese lugar distante
hasta que sienta que está teniendo una experiencia fuera del cuerpo.

Dirija su atención al cuerpo una vez
más y vuelva a quedarse dormido.

DÍAS 29 Y 30
HACIA UNA CONCIENCIA SUPERIOR
Hay un momento, nada más despertar de un sueño, en el que se experimenta un sorprendente cambio de perspectiva; en ese momento se da cuenta de que la vida que estaba llevando recien­temente, la vida de su sueño, era simplemente un producto de su imaginación. En este período de transición su regreso al mundo de vigilia suele parecer el punto final de una ilusión. Además, ya se habrá dado cuenta que el despertar de un sueño lúcido puede producirle un sobresalto. Se debe a que la comprensión conscien­te de que está soñando no diluye en absoluto el poder de la iden­tidad de su sueño.
En uno de nuestros sueños favoritos, de entre todos los que conocemos, el soñador se encuentra en un parque de atraccio­nes, frente a una magnífica montaña rusa con un cartel en el que está escrita la palabra VIDA. El soñador se sienta en el coche de­lantero y entrega su tique al empleado.
—¿Dispuesto? —le pregunta el empleado—. ¡Ya sabe, es una ilusión infernal!
—Seguro que podré manejarla —contesta el soñador—. Ya he montado antes.
Comienza entonces el viaje. El escenario del parque de atrac­ciones se desvanece y el soñador se encuentra naciendo como un niño en otra realidad. Al poco tiempo, el soñador se ve a sí mismo crecer, ir a la escuela, graduarse, desarrollar una profe­sión, casarse, tener una familia, envejecer y finalmente morir. Todo esto parecía cubrir una vida de una extensión de setenta u ochenta años. Cuando el soñador, finalmente, ve desvanecerse su vida, escucha en un segundo plano los sonidos de un tren de montaña rusa deteniéndose. Un momento después, vuelve a en­contrarse en el parque de atracciones, mirando al empleado desde su asiento en el coche delantero.
—¿Y bien, cómo fue? —le pregunta entonces el empleado—. ¿Aprendió algo?
—Fue increíble —contesta el soñador, dándose cuenta de pronto de que está experimentando esta realidad alterna en un sueño. Completamente lúcido ahora, y deseando llevar el sueño más allá, entrega otro tique al empleado.
—Esta vez me gustaría ser otra persona —le dice. La monta­ña rusa se pone en marcha de nuevo y el soñador despierta inme­diatamente. Es innecesario decir que, al despertar, el soñador tuvo que preguntarse si estaba retornando a una realidad absolu­tamente tangible o si experimentaba otra ilusión convincente.
Este sueño le transformó; nada más despertar se produjo un sobresalto en la mente, y tuvo una sensación de expansión de la conciencia. La naturaleza ilusoria de su sueño le ayudó a enten­der algo profundo sobre la naturaleza ilusoria de su propia vida de vigilia. Además, el soñador se sintió más cómodo con el con­cepto de muerte. Ciertamente, lo vio más que nunca como una parte del plan cósmico más amplio de las cosas: algo que podía en efecto trascender. Quizá lo más importante fuera que reconoció en su identidad del sueño una parte profunda y largo tiempo oculta de su ser interior.
Ciertamente, los soñadores lúcidos que pasan mucho tiempo manipulando simplemente sus sueños pueden finalmente perder de vista su mayor potencial: el de explorar conscientemente su inconsciente, captando así mejor lo que quieren de la vida y quié­nes son.
En los días 29 y 30 del Programa de Sueño Creativo se embar­cará en un viaje hacia la conciencia superior. Su objetivo será ex­plorar el cambio de perspectiva que sufre al despertar, pasando del personaje imaginario de la tierra de los sueños a su ser coti­diano. Pero de ese modo puede traspasar literalmente las leccio­nes de sus sueños a la vida cotidiana, convirtiéndose en una ver­sión más consciente de sí misma y más lograda de la persona que es en realidad. Durante el proceso, también puede obtener per­cepciones de los dilemas filosóficos que van desde la naturaleza de la realidad al significado de la muerte, pasando por el concep­to de Dios.
En el día 29 del Programa de Sueño Creativo realice compro­baciones de la realidad como de costumbre, y de vez en cuando reafirme su deseo de tener un sueño lúcido. En un período tran­quilo del día, durante unos treinta minutos, considere las cosas que le convierten en un ser único. ¿Lleva sombreros grandes? ¿Lentes de contacto azules? ¿Un enorme abrigo de pieles que compró en 1972 al Ejército de Salvación? ¿Hace el amor al me­diodía en la sala de descanso de la oficina o le gusta poner mayo­nesa en su bocadillo del almuerzo? ¿Cuelga carteles de John Tra-volta en la pared de su dormitorio? Con independencia de cuáles sean sus peculiaridades y especialidades, ahora es el momento de revisarlas. Cuando el período de treinta minutos haya termina­do, abandone esos pensamientos y siga con su día habitual.
Poco antes de acostarse, escriba en el diario: Dejaré que mi ser más profundo encuentre expresión en mis sueños. Apague la luz y utilice cualquier método que le resulte sencillo para inducir un sueño lúcido o muy lúcido. Siempre que reconozca que está soñando, preste particular atención a los sentimientos que le pro­duce la identidad que ha asumido dentro del sueño. Pregúntese: ¿quién parezco ser ahora? Observe de qué modo su sensación de sí mismo cambia sutilmente cuando se concentra en esta pregun­ta. En lugar de intentar cambiar los elementos de su sueño por diversión, permita que la personalidad del sueño explore el en­torno rico y variado que su subconsciente ha creado. ¿Ve ese ca­mino polvoriento que hay allí? En lugar de transformarlo en una autopista, sígalo. Si por el camino ve una cadena montañosa, es­cálela o vuele por encima de ella para ver lo que hay más allá, y si pasa por una casa que está-al lado del camino, aproveche la opor­tunidad para entrar. Si en la casa hay una bruja, escuche sus en­cantamientos, y, si puede, háblele de su vida como una entidad de un sueño.
Recuerde que las técnicas de tejidos de sueños son más útiles como ayuda para un descubrimiento mayor. En lugar de cambiar deliberadamente un elemento particular de un sueño, un escena­rio o personaje, por ejemplo, puede pedir a los sueños que se al­teren ellos solos. De esta manera resultará especialmente claro su significado simbólico.
Por ejemplo puede volverse hacia la imagen de Godzilla que le persigue en el sueño entre las ruinas de Tokio y preguntarle de un modo que le parezca apropiado: ¿Quién o qué eres y dónde diablos estoy? Mientras expresa este pensamiento las imágenes de su sueño pueden «tejerse» realmente en una forma que acla­ren su significado. ¿Godzilla asolando Tokio se convierte en la imagen de su madre derribando de una patada los bloques de construcción que había levantado usted en su habitación? ¿O el famoso monstruo japonés se convierte en una flota de Toyotas nuevos y brillantes devastando su querido Chevy? Cuando los símbolos de los sueños se aclaren, comprenderá lo que represen­tan para usted mismo, su trabajo y su familia, así como para sus conceptos de muerte, realidad y Dios.
Mientras recorre el terreno de los sueños recuerde que está en medio de una ilusión que usted mismo ha inducido, y que más allá del velo del sueño existe una realidad más amplia. No se preocupe si al dirigir su atención a esos pensamientos se pone fin a un sueño lúcido particular, pues la próxima parte de este ejerci­cio ha de ser practicada inmediatamente después de despertar de dicha experiencia.
En el momento en que note que regresa a la conciencia, repi­ta la pregunta que se hizo en el sueño: ¿quién parezco ser ahora? Recuerde de qué forma se sentía en su sueño más reciente y com­pare esa experiencia con la sensación que tiene de sí mismo en ese momento. Mire a su alrededor, al mundo cotidiano, y pre­gúntese si puede existir una realidad más amplia, aunque quizá prefiera definir este concepto por sí mismo, más allá de los lími­tes de su percepción ordinaria. ¿Es esta otra realidad una esfera más profunda y vibrante que no puede percibir en el estado de vi­gilia, como no podía percibir la realidad del estado de vigilia mien­tras estaba en medio de un sueño?
Durante el día 30, hágase estas preguntas de vez en cuando: ¿Quién parezco ser ahora? ¿Hay una realidad más amplia más alla de mis percepciones cotidianas? Piense también en la explo­ración del sueño que realizó la noche anterior; concéntrese espe­cialmente en el momento de transición entre el sueño y la vigilia.
Llevará este ejercicio a su conclusión en la última noche del Programa de Sueño Creativo, cuando, si es afortunado, alcanza­rá un sentido de trascendencia y una comprensión más profunda del mundo de vigilia. Antes de irse a la cama, considere lo que la experiencia de trascendencia puede incluir en su caso: una sensa­ción de conexión con algo más grande que su identidad indivi­dual; una sensación de intemporalidad que emborrona la distin­ción entre pasado, presente y futuro; una sensación de significado profundo, en la que experimenta percepciones sobre la naturaleza de la realidad y la existencia; un sentido de ensoña­ción religiosa; o simplemente un sentido de objetividad con res­pecto a las preocupaciones mundanas. Recuerde también la últi­ma vez que tuvo esos sentimientos de una manera profunda.
Después, antes de irse a dormir, trace un dibujo —cualquier dibujo relacionado con el tema que le venga a la mente— en su diario de sueños. Finalmente, concéntrese en ese dibujo mien­tras induce un sueño lúcido o muy lúcido. Acuérdese de buscar esos sentimientos especiales de trascendencia mientras explora el rico terreno de los sueños. De esa manera invocará a la sabidu­ría de su ser interior para que le proporcione un sueño lúcido trascendente. Acuérdese de observar cómo cambia su sentido de la realidad en el momento de despertar. En ese momento, consi­dere también el universo que podría existir más allá de los límites de sus sentidos... si pudiera apartar el velo de la realidad ordi­naria.
Esperamos que siga practicando los ejercicios que ha apren­dido en los últimos treinta días, y que continuará explorando y gozando el mundo a través de sus sueños lúcidos. Le sugerimos que las próximas noches haga un descanso y se conceda un tiem­po para el sueño libre, tal como hizo en los días 14 y 21. Después, siga adaptando las técnicas del sueño creativo de la manera que mejor le convenga. Entretanto, hay que felicitarle. ¡Ha comple­tado el Programa de Sueño Creativo!

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