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Método para Sueños lúcidos, segunda semana.

Sueños lúcidos: Segunda semana.

sueño

SEMANA SEGUNDA
SUEÑO LUCIDO
DÍA   8.    COMPROBAR LA REALIDAD
DÍA   9.    ME ENCANTA LA LUCIDEZ
DÍA 10.     LA GUIA DEL UNIVERSO DEL SOÑADOR
DÍA 11.     ¿QUIEN ESTA VOLANDO AHORA?
DÍA 12.    TORBELLINO SIN FINAL
DÍA 13.    TEJER LOS SUEÑOS
DÍA 14.    SUEÑO LIBRE

En la Semana Segunda aprenderá las técnicas nucleares del Pro­grama de Sueño Creativo: cómo entrar en un sueño lúcido, man­tenerlo e influir en su curso. Esencialmente, las técnicas descritas en este capítulo le enseñarán a tomar un sueño que ya esté reali­zándose y volverlo lúcido mediante un simple cambio en la con­ciencia.
Evidentemente, cuando se encuentre en medio de un sueño lúcido no querrá limitarse a sentarse y observar. Por eso, la Se­mana Dos le dice también cómo atravesar el terreno del sueño mediante el vuelo, cómo conjurar imágenes del sueño durante el torbellino y cómo sostener el estado lúcido mirándose las manos, o contemplando el cielo.
También aplicará las técnicas de incubación que aprendió en la Semana Primera. Concentrándose en palabras o signos apropia­dos antes de dormirse, podrá conjurar personajes en sus sueños, desde la princesa Di hasta su difunta tía Millie, o Atila el Huno.
Posiblemente, lo más importante sea que aprenderá el arte de tejer los sueños: la alteración consciente de los detalles del sueño. Cuando haya dominado los ejercicios de la Semana Segunda podrá convertir las rosas de los sueños en margaritas, y soñar con la bañera de la nave estelar Enterprise, en la que estará el capitán Kirk. Al practicar el ejercicio de tejer los sueños, aprenderá a crear escenarios de sueños totalmente lúcidos, incluyendo gran­des aventuras, escenas de amor apasionadas o incluso soñar con una historia de detectives que pase de una noche a la siguiente.
Una palabra de advertencia: los soñadores lúcidos más avan­zados no alteran necesariamente sus sueños sólo para observar los cambios de las estaciones o las paredes de las cuevas paleolíti­cas. En realidad, lo que suelen hacer es utilizar el vuelo en sue­ños, el torbellino de sueños y el tejido de sueños para explorar mejor el paisaje de sus propios sueños: para escalar esa montaña del sueño, o abrir esa caja de caudales, o para tener una mayor percepción del universo inconsciente del más allá y del interior.
Finalmente, no se preocupe si no empieza a tener sueños lúci­dos en el primer día de la segunda semana. Concédase el tiempo necesario y relájese. Si se somete a presión usted mismo, volverá más lento el delicado mecanismo interior que tan decisivo es para tener sueños lúcidos. Recuerde que cada persona es distinta de las demás. Pero si practica con diligencia los ejercicios de la Se­mana Dos, disfrutando además con el proceso, sus experiencias de sueño lúcido comenzarán pronto.

DÍA 8                   COMPROBAR LA REALIDAD
Un sueño lúcido es aquel en el que es consciente del hecho de que está soñando. Como ya hemos dicho antes, el hecho de tomar conciencia de sus pensamientos mientras está dormido y soñando podrá verse facilitado si toma más conciencia de sus pensamientos mientras está bien despierto. Una forma de lograr este incremento del estado de conciencia consiste en preguntarse con regularidad, mientras realiza sus actividades cotidianas, si está despierto o soñando. Este enfoque, sugerido a menudo por los investigadores del sueño, es una extensión natural del ejerci­cio de ensayo del sueño que ya practicó en el día 6. Si realiza con regularidad «comprobaciones de la realidad», preguntándose si puede estar soñando, finalmente descubrirá que se plantea esa pregunta en mitad de un sueño.
Comience el día 8 como lo haría normalmente, desayunando, haciendo recados o dirigiéndose al trabajo. Pero aproximada­mente cada media hora deténgase, mire a su alrededor y hágase esta simple pregunta: ¿Es esto un sueño? Supongamos que está tomando el metro desde su casa hasta su lugar de trabajo. Estu­die primero a las personas que le rodean. ¿Tienen caras normales y cotidianas? ¿O ese hombre de negocios que lleva a su izquierda tiene un tercer ojo que parpadea en mitad de la frente? ¿Qué puede decir de esa mujer que va muy pintada y está sentada a su derecha? Examine las imágenes y vuelva a mirarlas. ¿Son dife­rentes las imágenes cada vez que las ve o siguen siendo las mis­mas? Si se diferencian de un momento a otro, y no está mirando un cartel de anuncios de alta tecnología, debe estar soñando.
Al entrar en su oficina, estudie tamben los detalles. ¿La vista del exterior, por la ventana, incluye el escenario familiar, o se sorprende al ver un foso lleno de caimanes, a Oz o la Base de la Tranquilidad de la Luna? Si el escenario que ve fuera de la venta­na está espectacularmente torcido puede apostar que está en un sueño.
Uno de los mejores modos de comprobar si está o no soñando consiste en tratar deliberadamente de cambiar algún aspecto del entorno inmediato sólo con la fuerza del pensamiento. Por ejem­plo, supongamos que se encuentra sentado en un restaurante y el camarero le trae albóndigas para el almuerzo. Antes de probar­las, examine el plato y trate mentalmente de cambiar las cuatro albóndigas en ocho. Si la transformación se produce, puede estar seguro de que está soñando. Siga preguntando si es un sueño du­rante todo el día. Responda luego a la pregunta con una compro­bación apropiada de la realidad. Recuerde que habitualmente puede reconocer un sueño si se produce algo extraño o inapro-piado; sobre todo si esas cosas puede producirlas usted mismo con el pensamiento. Por ejemplo, si está volando con sus propios medios, si respira debajo del agua o está en el espacio exterior sin un equipo especial, si se encuentra levantando un camión con las manos, o haciendo el amor apasionadamente con un gnomo mo­rado, probablemente está soñando. Si sus sentimientos y pensa­mientos parecen extrañamente inconsistentes, o si la estructura de la realidad cambia constantemente, probablemente está so­ñando.
Si sus comprobaciones frecuentes de la realidad le sugieren que no se encuentra dentro de un sueño, recuerde que está des­pierto y es consciente de todo lo que sucede a su alrededor. Cada vez que se dé cuenta de que está despierto, dígase a sí mismo: Esto no es un sueño. Después, concéntrese en las sensaciones y percepciones de la conciencia de vigilia. Si siente que está en medio de un sueño, dígase a sí mismo: Estoy soñando.
Antes de acostarse, dígase: Esta noche reconoceré que estoy soñando cuando me encuentre en mitad de un sueño. Escriba esa frase en su diario de sueños. Después, coloque el diario junto a la cama y repita de nuevo la frase mientras se queda dormido. Lo más importante es que tiene que acordarse de llevar a cabo du­rante los sueños lúcidos las mismas comprobaciones de la reali­dad que practicó durante el día. Si despertara después de un sueño en mitad de la noche, deténgase a considerar cuál era el sueño. Después, repita este pensamiento: Esta noche reconoceré que estoy soñando cuando me encuentre en mitad de un sueño; y vuelva a quedarse dormido.
Alerta del sueño. Durante las tres semanas siguientes del programa de sueño creativo, acuérdese de realizar comprobaciones de la realidad con regularidad durante todo el día de vigilia. Cada noche, antes de irse a la cama y mientras se está quedando dormido, concédase permi­so para tener sueños lúcidos y para recordar las experien­cias del sueño nada más despertar. También es impor­tante que realice comprobaciones de la realidad mientras está soñando: este enfoque le ayudará a reconocer que está teniendo un sueño. Acuérdese de registrar los sue­ños en el diario lo antes posible nada más despertar por la mañana.

DÍA 9           ME ENCANTA LA LUCIDEZ
El día 9 practicamos una técnica recomendada por el psicólo­go Stephen LaBerge, del Centro de Investigación del Sueño de la Universidad de Stanford. Utilizando este método, aprenderá a reconocer el estado semiconsciente en el que entra casi todo el mundo tras despertar de un sueño. Y luego aprenderá a convertir ese estado de semiconsciencia en un sueño lúcido.
Le sugerimos que comience el día 9 de modo muy parecido a como lo hizo el día 8. Con regularidad, y durante todo el día, siga preguntándose si está o no soñando. Antes de irse a la cama, es­criba en el diario de sueños: Esta noche reconoceré que estoy so­ñando mientras me encuentro en mitad de un sueño; y repítase esa frase mientras se va quedando dormido.
Durante las primeras horas de la mañana, probablemente despertará espontáneamente de un sueño que no será lúcido. Al hacerlo, quédese tranquilamente acostado, sin moverse ni abrir los ojos, y piense en el sueño que acaba de tener. Revisar el sueño mentalmente, con tantos detalles como le sea posible, ab­sorbiendo el impacto emocional del escenario, personajes, trama e imágenes estéticas. Revise mentalmente el sueño varias veces, hasta haberlo grabado en mayor o menor medida en la memoria consciente.
Luego vuelva a revisar el sueño, pero en esta ocasión añada un elemento que con toda claridad no estaba presente anterior­mente: al rehacer el sueño mentalmente, enfóquelo como si usted, el soñador, fuera consciente del drama tal como está suce­diendo. Repita la frase reconoceré un sueño cuando esté soñando y vuelva a quedarse dormido.
Si sigue estas instrucciones, probablemente descubrirá que pasa desde el estado casi consciente a la esfera de los sueños. Probablemente se encontrará rehaciendo el sueño que acababa de dejar, o generando un sueño totalmente nuevo que puede in­cluir, o no, elementos del sueño anterior. En cualquier caso, pronto se encontrará en mitad de un sueño lúcido.
Alerta del sueño. Si piensa que puede estar teniendo un sueño lúcido, acuérdese de hacer una comprobación de la realidad utilizando el enfoque descrito en el día 8. Acuérdese también de registrar en el diario todos los sue­ños, sean o no lúcidos.
DÍA 10
GUIA DEL UNIVERSO DEL SOÑADOR
Una de las mejores formas de influir conscientemente en el escenario y trama general de un sueño lúcido consiste en la incu­bación directa del sueño. Por tanto, en el día 10 aplicará al sueño lúcido el arte de la incubación.
En primer lugar, asegúrese de que el entorno del sueño exte­rior refleja su intención primaria: ser consciente de sus sueños. Para señalar esta intención a su mente inconsciente, le sugerimos que elija lo que llamamos un símbolo de lucidez y lo coloque en la habitación en la que va a dormir. Este símbolo de la lucidez puede ser una imagen del universo, una atractiva lámpara estilo Tiffany, un globo ocular de goma de un catálogo de novedades, o cualquier otra cosa que le sirva como recordatorio simbólico per­sonal de su intención de tener un sueño lúcido. Recuerde que el símbolo no trata de inducir un sueño particular, sino más bien servir como recordatorio de su objetivo general.
Cuando haya elegido un símbolo de lucidez y lo haya coloca­do en su entorno del sueño, realice las actividades normales del día. Tal como hizo en los días 8 y 9, siga practicado con frecuen­cia comprobaciones de la realidad y reafirmando su intención de tener un sueño lúcido.
Conforme pasan las horas, decidirá también un destino para el sueño de la noche: su vieja casa de los años 50. Hong Kong hacia el año 3089, o incluso Sidney, Australia, en épocas prehis­tóricas. Con independencia de cuál sea el lugar y el período de tiempo que elija, sutilmente contemplará el foco intencionado de ese sueño durante el día. Sea específico. Cuanta mayor sea la precisión con la que exprese el destino en el que desearía tener el sueño, más probabilidades tendrá de experimentar realmente el encontrarse allí, por la noche, en sus sueños.
Más tarde, aproximadamente una hora antes de acostarse, rodee su símbolo de lucidez con potentes imágenes de incubación que le recuerden el sueño que piensa tener. Por ejemplo, si quie­re soñar con la Guerra de Secesión, puede poner una imagen de Abraham Lincoln o una pequeña bandera confederada. Si quiere pasar la noche con Gumby, puede colocar una caja de Play-Doh y una figura de Gumby de juguete junto a su símbolo de lucidez. Disponga todas las imágenes u objetos de incubación de una forma estéticamente interesante, colocando incluso alguno de esos objetos en la cama, si así lo desea. También puede mejorar la atmósfera quemando incienso o poniendo una música que le resulte particularmente proclive a su experiencia del sueño lúci­do deseado.
Antes de apagar la luz y disponerse al sueño, siéntese ante el «altar del sueño lúcido» que haya creado y elabore mentalmente, una vez más, el destino deseado de su sueño lúcido. Después, uti­lizando el rotulador especial, describa el destino en su diario de sueños utilizando una sola frase. Sea lo más preciso posible. Si, por ejemplo, desea experimentar la Guerra de Secesión, escriba: Esta noche regresaré al tiempo de Abraham Lincoln; incluso puede hacer un dibujo de su famoso sombrero de copa.
Debe recordar también concentrarse en su intención de tener lucidez durante ese sueño. Para eso, tras la primera frase escrita en el diario, ponga otra", como ésta: La próxima vez que sueñe con la Guerra de Secesión reconoceré que estoy soñando. En cuanto lo haya hecho, apague la luz y duérmase.
Siga concentrándose en el destino deseado y en su voluntad de tener un sueño lúcido conforme se va quedando cada vez más profundamente dormido. Represéntese mentalmente los objetos de incubación que ha colocado en la habitación. Recuerde tran­quilamente su intención de soñar con ese tema. Recuerde tam­bién que al despertar se acordará de todos los detalles de los sue­ños relacionados con el tema.
Como una alternativa para inducir un «tema de sueño», los soñadores lúcidos pueden utilizar la incubación de sueños para solucionar problemas creativos o personales. Si todavía se está preguntando lo que debe hacer con su novio Melvin, por ejem­plo, centre en él sus pensamientos durante todo el día. Ponga una foto suya junto a su símbolo de lucidez. Y por la noche, antes de acostarse, escriba en el diario: ¿Qué debo hacer con Melvin? O ¿amo realmente a Melvin? Dígase a sí misma que durante el sueño quiere tener una mayor percepción de esa relación, y ser consciente de la experiencia mientras sueña. Más tarde, si se da cuenta de que está en un sueño, incluso puede buscar consciente­mente a Melvin, para hablar con él de esos temas.
Por otra parte, si le interesa alguna cuestión de cosmología, piense en agujeros negros, o en la curvatura del espacio. Cuando llegue a casa, ponga en el entorno del sueño una foto de la Vía Láctea, y antes de irse a la cama por la noche formule un objetivo apropiado. Por ejemplo, puede decidir visitar el lado más lejano de Neptuno durante un sueño lúcido. Luego, describa su inten­ción lo más claramente en el diario: Esta noche visitaré Neptuno y sabré que estoy soñando. Si conjura a Neptuno en un sueño lúci­do, quizá luego decida buscar al físico Stephen W. Hawking rela­jándose bajo las estrellas. Podrá preguntarle por el lugar de la masa perdida del universo, o por el secreto para unificar en una las cuatro fuerzas de la naturaleza.
Siéntase en libertad de innovar la adaptación de la técnica de incubación del sueño lúcido que mejor convenga a sus necesida­des personales, creativas o intelectuales. Por ejemplo, en lugar de incubar simplemente un escenario general del sueño, puede invitar a sus sueños a personajes específicos. Incluso puede bus­car guías del sueño que hayan muerto. Por ejemplo, Ernest He-mingway puede decirle cómo superar el bloqueo del escritor, dándole entretanto la idea para una novela de gran éxito.
Le recomendamos que se enfrente lenta y realistamente al proceso de incubación del sueño lúcido. Ahora que ha estudiado la técnica básica, puede dejar que cada pequeña experiencia de éxito le ayude a fortalecer la confianza en sus capacidades creati­vas para el sueño antes de añadir dimensiones de complejidad adicional. Cuanta menos presión ponga sobre sí mismo y más relajado esté en el proceso, más probable es que experimente sus sueños deseados.
Alerta del sueño. Si despierta de un sueño en cual­quier momento de la noche, practique la inducción men­tal de la lucidez yendo hacia atrás, hacia su sueño desea­do. Si descubre que ha tenido un sueño lúcido sobre cualquier tema, acuérdese de poner en práctica una com­probación de la realidad utilizando las técnicas que prac­ticó en el día 8. Acuérdese también de registrar sus sue­ños en el diario lo antes posible nada más despertar. Al menos durante la duración del Programa de Sueño Crea­tivo deje su símbolo de la lucidez en un lugar elegido den­tro de la habitación en donde duerme. Siempre que se fije en ese símbolo al pasar, reafirme sutilmente su intención de tener sueños lúcidos.

DÍA 11                ¿QUIEN ESTA VOLANDO AHORA?
¿Alguna vez ha deseado volar como Superman, cruzando los continentes por encima, o atravesando la vastedad del espacio, sin más esfuerzo que el que realiza para caminar por la calle? ¿Le gustaría visitar el Louvre de París o las ruinas incas y haber regre­sado a casa a tiempo para ver la supercopa? ¿Quiere explorar el Antártico sin ni siquiera tener frío? Si es así, soñar que vuela es lo suyo.
Soñar que se vuela puede ser una de las experiencias de sueño lúcido más gozosas, cercana incluso al éxtasis. La sensación de volar durante el sueño puede ser tan maravillosa como cabalgar sobre el Cíclope o tan tranquilizadora como una semana de pues­tas de sol en la playa. Incluso puede salvarle la «vida» en el caso del sueño más aterrorizador de todos los tiempos, la caída inter­minable. Más todavía, una vez que haya aprendido a volar en sus sueños lúcidos, habrá adquirido un modo de transporte en los sueños que puede llevarle prácticamente a cualquier lugar en el reino mágico de la realidad del sueño: incluso hacia atrás y hacia adelante en el tiempo.
Para volar en los sueños es útil aprender una versión avanza­da de la técnica de incubación del sueño que practicó en el día 10. Como antes, asegúrese de que su santuario del sueño personal refleja sus intenciones: en este caso volar en sus sueños lúcidos. Para empezar, examine su símbolo de la lucidez. Aparte de él todas las otras imágenes y objetos sustituyéndolos por imágenes de aves, aviones o incluso de Superman volando.
Después, salga de casa y realice las cosas cotidianas. Tal como ha hecho en los días anteriores, siga con comprobaciones de la realidad y reafirme su deseo de tener un sueño lúcido. Pase también una buena parte del día pensando en lo que le gustaría volar en sueños. Le sugerimos también que mientras camina du­rante el día mire hacia el cielo y observe el vuelo de pájaros y aviones. Si tiene tiempo, puede visitar incluso un aeropuerto, o ver algunos episodios de las series antiguas de Superman prota­gonizadas por George Reeves. (Recomendamos éstas y no las películas más recientes de Christopher Reeve simplemente por­que en la versión original el personaje vuela más tiempo.) Cuan­to más piense en el proceso de vuelo, más probabilidades tiene de volar en sueños y de mantener al mismo tiempo la lucidez.
Al regresar a casa tras las actividades del día, recuerde cual­quier sueño de vuelo que haya tenido en el pasado, y decida un destino para su sueño. Acuñe una frase clave para el sueño de vuelo y repítala. Por ejemplo, puede decir quiero volar, o esta noche volaré, o esta noche volaré hasta Papua, Nueva Guinea.
Antes de irse a la cama, pase algún tiempo relajándose en su entorno de vuelo y observando tranquilamente su símbolo de lu­cidez y las imágenes de incubación del vuelo que ha elegido para su altar del sueño. Después, utilizando su rotulador especial, es­criba su frase de incubación del sueño describiendo su deseo de volar en el diario de sueños. Si tiene en mente algún destino es­pecífico, menciónelo también. Una frase simple, como las que hizo antes, será la que mejor funcione.
Deje ahora el diario de sueños y apague la luz. Cuando em­piece a dormirse repita silenciosamente la frase que acaba de es­cribir. Siga concentrándose en su intención de volar y de ser lúci­do en sueños. Concéntrese también en el destino del sueño. Represéntese las imágenes del vuelo que ha colocado por la habi­tación. Imagine la sensación de ingravidez, o véase a sí mismo volando como un planeador; elija las imágenes de vuelo que le resulten más cómodas. Tranquilamente, concédase permiso para soñar en ese tema y para ser consciente del sueño. Adviértase también que al despertar recordará todos los sueños relaciona­dos con el vuelo.
Alerta del sueño. Si ha despertado de un sueño en cualquier momento de la noche, utilice el enfoque de ir hacia atrás en un sueño para ayudarse a estimular un sueño lúcido de vuelo. Tras despertar espontáneamente de un sueño, quédese tranquilamente acostado en la cama, sin moverse ni abrir los ojos, y piense en el sueño que acaba de tener. Manteniendo un estado de semicons-ciencia, rehaga los detalles del sueño del vuelo que le gustaría experimentar, y mientras va hacia atrás en el sueño dígase mentalmente esta noche volaré. Imagínese volando hacia el destino elegido en el sueño mientras se queda más y más profundamente dormido. Aunque no experimente inmediatamente un sueño lúcido de vuelo completo la primera vez que practique el ejercicio, es muy posible que lo tenga en breve tiempo.
Alerta del sueño. Como siempre, debe practicar com­probaciones de la realidad siempre que crea que puede tener un sueño lúcido. Si se descubre a sí mismo volando sin ayuda mecánica, tendrá una evidencia convincente de que está soñando. Si se da cuenta de que está soñando pero no ha experimentado todavía el sueño del vuelo, uti­lice esa oportunidad para acordarse de volar. Ponga los brazos por encima de la cabeza y láncese al aire como Su-perman, aletee con los brazos extendidos como si fueran alas gigantescas, o concéntrese tan intensamente en su pensamiento de la idea de volar que no pueda más que crear la experiencia de vuelo en el sueño. Utilizando estos métodos, es muy probable que despegue pronto.
Alerta del sueño. Cuando tenga más práctica en el sueño del vuelo, deberá poder realizar maniobras cada vez más difíciles en sus sueños lúcidos. Por ejemplo, puede empezar su sueño de vuelo simplemente flotando a corta distancia por encima del suelo. Luego podrá desli­zarse como un astronauta a través del aire avanzando va­rios metros cada vez. Con el tiempo, podrá aumentar su capacidad de navegación, su altitud y su velocidad. Puede enviarse en sueños de vuelo que le lleven a Euro­pa, a Marte y a las galaxias que están más allá de la nues­tra.
Alerta del sueño. Acuérdese de registrar todos los sueños, incluyendo cualquiera relacionado con el vuelo, en su diario de sueños.

DÍA 12                 TORBELLINO SIN FIN
Incluso después de haber inducido un sueño lúcido deseado, es fácil despertar o retornar al sueño ordinario. Todavía más, aunque mantenga un sueño lúcido, puede tener problemas para controlar las actividades que se producen dentro del propio sueño.
Los investigadores del sueño, como LaBerge, de Stanford, han descubierto que, haciendo girar deliberadamente el cuerpo del sueño como una peonza, se puede extender la duración de los sueños lúcidos. El giro le permitirá también influir en el escena­rio del sueño, sirviéndole como medio de viaje de modo seme­jante al sueño del vuelo.
Puede aprender la técnica del giro en el sueño de la misma manera que aprendió a conseguir el vuelo. En primer lugar, cuando viva el día 12, diga preguntándose si está soñando, y afirmando su deseo de tener sueños lúcidos. Después, por la noche, antes de acostarse, elija un destino del sueño lúcido.
Pero esta vez no elija algo genérico, como la ciudad de Nueva York o el estado de Idaho. Elija un destino muy específico, como un asiento de primera fila de la Metropolitan Opera House du­rante una función de La Traviata, o el edificio central de estu­diantes del bucólico campus de la facultad de Pocatello. Aunque puede ser más difícil de conseguir, incluso puede elegir un desti­no en el pasado o el futuro distantes, deseando hablar con Platón o visitar una colonia espacial cercana a Plutón en el año 3000 de nuestra Era.
Cuando haya elegido su destino, reúna algunos objetos o imágenes que se lo traigan a la mente y póngalos cerca del signo de lucidez que guarda en su dormitorio. (Quite los objetos que había utilizado para incubar otros sueños en las noches anterio­res.) Con tanta claridad y precisión como pueda registre en el diario el destino que desea para su sueño, junto con una frase que signifique su intención de tener un sueño lúcido. Después apague la luz y acuéstese.
Para alcanzar el objetivo del sueño lúcido, vea primero su destino específico y reafirme en silencio el deseo de tener un sueño lúcido al quedarse dormido. Repase mentalmente los ob­jetos que simbolizan su objetivo.
Cuando esté dormido, puede encontrarse en medio de un sueño lúcido. Sin embargo, si no ha llegado todavía al destino que había elegido, empiece a girar el cuerpo como si fuera una peonza o un bailarín. Gire más y más rápido, hasta que el entor­no parezca emborronarse y el entorno que usted deseaba empie­ce a aparecer. Utilice la misma técnica si siente que va a desper­tar, o que su lucidez empieza a desaparecer. Si gira a suficiente velocidad, su inmersión en el estado de sueño lúcido se manten­drá. Sin embargo, si despierta, no se preocupe; el dominio de la técnica del sueño del torbellino puede necesitar práctica.
Aunque muchos investigadores recomiendan el giro como el medio preferido de mantener un sueño lúcido, somos de la opi­nión de que hay otras muchas técnicas que funcionan igualmente. Por ejemplo, el escritor Carlos Castañeda sugiere que el esta­do de sueño lúcido puede sostenerse simplemente si dentro del sueño se miran las manos. Por lo que concierne a Castañeda, si de­cide mirarse las manos antes de quedarse dormido y luego se las mira dentro del sueño podrá mantener el estado lúcido, al menos hasta que la imagen de las manos desaparezca.
Sospechamos que no importa mucho si gira, se mira las manos o hace cualquier otra cosa. Puede tomar la decisión de sal­tar como un canguro, si eso funciona en su caso, o simplemente mirar el cielo y decirse: Las cosas están mejorando. Si se compro­mete a completar una acción particular antes del sueño, y real­mente la sigue mientras está soñando, realizando la acción pla­neada, las imágenes del sueño serán precisas y el estado del sueño lúcido se mantendrá. Con toda probabilidad, el grado de su intención consciente de mantener un sueño lúcido es el factor decisivo de su capacidad para mantener dicho estado.
Alerta del sueño. Como siempre, acuérdese de practi­car las técnicas de recuerdo del sueño y de registrar los que tenga el diario lo antes posible nada más haber des­pertado por la mañana.
DÍA 13               TEJER LOS SUEÑOS
Durante los últimos días ha aprendido a inducir y sostener los sueños lúcidos y a moverse conscientemente por el terreno de los sueños. En el día 13 empezaremos a enseñarle otro nivel de con­trol del sueño consciente: la capacidad de alterar deliberadamen­te los personajes del sueño, el escenario, los objetos y la trama. Practicando las técnicas del día 13 durante el resto del Programa de Sueño Creativo, acabará sabiendo dirigir la experiencias de sus sueños con tanta habilidad como Steven Spielberg cuando di­rigió E. T.
El día 13 empieza de forma muy parecida a como los otros días de la Semana Dos, comprobando la realidad y afirmándose tranquilamente su voluntad de tener un sueño lúcido. Sin embar­go, cuando vaya a vivir el día tenga también en mente otra cosa: que como Merlín el Mago o como Glinda la Bruja Buena del Norte, reivindicará el poder de crear, destruir o alterar los obje­tos o personajes de sus sueños.
Le sugerimos que durante el día se imagine que es un director de cine con acceso al escenario, tramoya, miles de actores y los mejores efectos especiales de la tecnología mundial. Durante la primera parte del día piense en una película reciente que le de­cepcionó y rehaga la acción mentalmente. ¿Cómo hubiera resul­tado la película de haberse producido los cambios que usted desea? Considere ahora la secuencia de una película que usted, como director, podría crear. ¿Cuál sería la película? ¿Qué acto­res tendría? ¿Dónde se rodaría?
Cuando haya realizado el ejercicio descrito anteriormente, elija alguna parte tranquila del día, como por ejemplo la hora del almuerzo, para visitar un área populosa en la que pueda sentarse y mirar a su alrededor sin que le molesten. Una terraza de un café, un área de compra o incluso una gran bolera pueden ir muy bien para esta parte del ejercicio. Siéntese y concentre la aten­ción en las actividades que están produciéndose a su alrededor. Observe el entorno, desde la vegetación de plástico hasta las fa­chadas de los almacenes, incluyendo los carteles. Observe a las personas que habitan en su entorno. Preste atención a cualquier olor o sonido que le llegue. Por ejemplo, ¿esa pareja de aspecto exótico que hay en la mesa de al lado está en medio de una discu­sión? ¿El perfume que lleva esa mujer es de Jean Naté? ¿El hom­bre que está tras el mostrador parece extremadamente feliz, o in­debidamente perturbado? Esa mujer gruesa que lleva una enorme bolsa con motivos de bolos, ¿es una camionera jubilada o un ama de casa que viene de una clase de ejercicios? ¿Dónde se vería afectada por esa tos asmática? ¿Qué llevará realmente en la bolsa?
Emplee unos quince minutos en observar conscientemente el entorno. Imagine después que la gente y los objetos, la música y los aromas que le rodean son elementos de un nuevo tipo de entretenimiento, una película «multisensorial» con respecto a la que tiene un control creativo completo. Imagine que es usted el director encargado de ese proyecto.
Supongamos que está en la terraza de un café sentado junto a la pareja exótica que se está peleando. Estudie su comida y sus ropas, las arrugas y rasgos faciales, y mentalmente comience a imaginar un cambio. Contemple la hamburguesa grasienta de la mujer hasta que, al menos para usted, se esté comiendo un filete tartare. ¿Le resulta desagradable el perfume Jean Naté? Con­céntrese en su sentido del olfato hasta que, al menos para usted, el perfume sea de Givenchy. El tiene un cabello oscuro y escaso, pero usted puede transformarlo en un cabello rubio y largo. El café está muy bien para tomar algo a la hora del almuerzo, posi­blemente, pero si se concentra lo suficiente podrá «situarlo» en la orilla izquierda de París e imaginar que está tomando una sopa de cebolla francesa. Utilizando esta técnica, imagínese cambian­do un detalle tras otro del escenario, hasta que su sensibilidad es­tética se vea satisfecha.
Imagine ahora que lleva su «película» de la vida real todavía más lejos, creando un guión que puede representar su pareja. «Vea» cómo el hombre se va enfadado, dirigiéndose hacia el ae­ropuerto y subiendo a un avión. Vea a la mujer derribando la mesa, vestida con ropa blanca, levantarse y apuntar a los dueños con una pistola. Con independencia de cuál sea la escena, sígala hasta concluirla mentalmente en sus aspectos más surrealistas y cautivadores. No se olvide de alterar la trama y otros detalles en cuanto sienta que la historia ha perdido su impulso creativo.
Cuando se sienta satisfecho con la experiencia que ha imagi­nado en el ejercicio, prosiga el resto del día hasta que regrese a casa. Entre en su dormitorio y, antes de retirarse, vea mental­mente la «película» que creó durante aquel período de descanso del día. Concéntrese especialmente en los pequeños detalles que alteró en los primeros momentos. Después, utilizando el rotula­dor especial, escriba en el diario de sueños: Esta noche alteraré mis sueños. Apague la luz y revise los ejercicios de pensamiento de la tarde mientras se va durmiendo.
Acuérdese de empezar lentamente. La primera vez que trate de influir en las imágenes de sus sueños lúcidos enfréntese sólo a algunas cosas; por ejemplo, convierta el manzano en un naranjo, o su vestíbulo en un salón del Oeste. Más tarde, cuando perfec­cione la técnica de tejer los sueños, podrá alterar prácticamente todo lo que haya en ellos, conjurando ejércitos de caballería en­teros, o una lluvia de ranas. Si no le apetece volar hasta el destino que desea para su sueño, podrá ser capaz incluso de traer ese des­tino directamente hasta usted. (Puede aprender a hacerlo me­diante una versión avanzada del ejercicio de tejido de sueños presentado en la Semana Tres.) Finalmente, podrá combinar el tejido de sueños con habilidades adicionales, como el sueño del giro y el del vuelo, creando experiencias del sueño excitantes, ex­traordinarias y muy creativas. Incluso puede utilizar la técnica que practicó al principio del día para explorar soluciones alterna­tivas a una serie de cuestiones personales y de dilemas intelectua­les y creativos.
Alerta del sueño. Para tener un control particularmen­te poderoso sobre los detalles de sus sueños, puede apli­car las técnicas del tejido de sueños tras despertar espon­táneamente a primera hora de la mañana, volviendo entonces a entrar en un sueño lúcido.
Alerta del sueño. No olvide que la alteración de los de­talles de un sueño lúcido es posible que le despierte, po­niendo fin a ese sueño particular. Si le sucede eso, man­tenga un estado de semiconsciencia mientras practica en su imaginación el ejercicio de tejido de sueños. Eso le permitirá experimentar el impacto simbólico del ejercicio sin sentir que ha fracasado.
Alerta del sueño. Acuérdese de practicar el recuerdo de sueños y de registrar todos los sueños que recuerda en su diario. A partir de ahora, anote todos los elementos que ha conseguido alterar utilizando la técnica de tejido de sueños.
DÍA 14                 SUEÑO LIBRE
Ya ha realizado un largo camino para controlar el potencial de sueños lúcidos y contribuir así a su crecimiento personal. Tanto si buscaba soluciones creativas a los problemas profesio­nales o una directriz en su vida amorosa, probablemente habrá descubierto que el sueño lúcido puede darle acceso al cuerpo de conocimientos normalmente enterrados en la parte posterior de su mente inconsciente.
En el día 14 del Programa de Sueño Creativo le recomenda­mos una noche de sueño libre: es decir, soñar sin influir delibera­damente en el contenido de sus sueños ni inducir conscientemen­te la lucidez. Ello dará a su mente inconsciente la oportunidad de soltar pequeños residuos psicológicos y equilibrar las experien­cias de sueño más conscientemente estructuradas de las últimas dos semanas.
Con toda probabilidad se sentirá entrar espontáneamente en un estado de sueño lúcido en algún punto de la noche. Utilice la oportunidad para observar pasivamente sus sueños valorando cualquier cambio subjetivo que se haya producido en la calidad de intensidad de sus sueños durante las últimas dos semanas.
Alerta del sueño. Como de costumbre, registre los sueños en el diario cuando se levante por la mañana.
¡Enhorabuena! Acaba de completar la segunda semana del Programa de Sueño Creativo.

 

 

SEMANA SEGUNDA. SUEÑO LUCIDO

DÍA 8
COMPROBA­CIÓN DE LA REALIDAD

DÍA 9
ME ENCANTA LA LUCIDEZ

DÍA 10
GUIA DEL UNIVERSO DEL SOÑADOR

Por la mañana,
recordar y registar los
sueños.

Durante el día,
deténgase a preguntarse si está o no soñando.

Antes de quedarse dormido, afirme que quiere reconocer un
sueño mientras está en mitad de él.

Por la mañana, recuerde y
registre sus sueños.

Durante el día, pregúntese si está o no soñando.

Antes de quedarse dormido, afirme querer reconocer
un sueño mientras está en
mitad de él.

Si despierta de un sueño no lúcido a primeras horas de
la mañana, revise los detalles,
deseando una vez  más reconocer un sueño mientras
está soñando.

Vuelva a  quedarse dormido.

Por la mañana, recuerde y
registre sus sueños.

A lo largo del día, pregúntese si está o no soñando.

Elija un símbolo del sueño lúcido y colóquelo en su dormitorio .

Elija un destino  para el sueño de esta noche.

Rodee su símbolo de lucidez con imágenes de
incubación del destino que desea para su sueño.
Escriba su objetivo en el
diario.

Antes de quedarse
dormido, piense en su destino
deseado y afirme  su deseo de tener un sueño lúcido.

SEMANA SEGUNDA. SUEÑO LUCIDO (Continuación)

DÍA 11
¿QUIEN ESTA VOLANDO AHORA?

DÍA 12
TORBELLINO SINFÍN

Por la mañana, recuerde y  registre sus  sueños.

A lo largo del día, deténgase para preguntarse si  está o no soñando.

Afirme su deseo de tener sueños lúcidos. Rodee su símbolo de lucidez con imágenes de vuelo.

Duran te el día, concéntrese en  los pájaros y  aviones.

Dígase a  sí mismo que esta  noche volará en
sus sueños.

Antes de irse a la cama, elija un destino para el
sueño y afirme su  deseo de volar hasta allí.

Escriba el  objetivo en su
diario.

Repita para sí  mismo el objetivo mientras se va quedando dormido.

Por la mañana,  recuerde y
registre sus  sueños.

A lo largo del día, pregúntese si está o no soñando.

Duran te el día,  afirme su deseo  de tener sueños lúcidos.

Elija un destino para el sueño. Elija objetos que
simbolicen ese  destino y
colóquelos cerca de su símbolo de  lucidez.

Registre en el  diario, antes de  acostarse , el  destino deseado y  su intención de tener un sueño  lúcido.

Vaya  durmiéndose.

Cuando se  encuentre dentro
de un sueño  lúcido, gire su
cuerpo hasta que  el destino deseado aparezca a su alrededor.

Si empieza a despertar, imprima a su  cuerpo un giro más y más rápido, hasta que sienta que el estado del sueño lúcido se ha mantenido.

 

SEMANA SEGUNDA. SUEÑO LUCIDO (Continuación)

 

DÍA 13
TEJIDO DE SUEÑOS

DÍA 14
SUEÑO LIBRE

Por la mañana, recuerde y
registre sus sueños.

A lo largo del día, pregúntese si está  o no soñando.

Durante el día,  afirme su deseo  de tener sueños
lúcidos.

Durante el día  dígase a sí mismo  que será capaz de
crear, destruir o  alterar los objetos  de sus sueños.

En algún  momento del día,
encuentre un lugar tranquilo en donde sentarse.

Imagine entonces que altera la escena que le
rodea.

Antes de irse a la cama, recuerde la escena que
imaginó alterar.

Escriba en el  diario su intención de alterar los sueños.

Recuerde la escena que «alteró» al principio del día  mientras se va quedando dormido.

Cuando se encuentre dentro  de un sueño lúcido acuérdese de alterar por lo menos uno o dos detalles del sueño.

Por la mañana, recuerde y registre sus sueños.

Pase el día como lo hacía antes de
empezar el Programa de Sueño Creativo.

Acuéstese sin hacer nada especial.

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